La mujer se recuperó tres días después del incidente.
Al parecer, la mujer británica y su hija estaban cuidando a su perro, quien sufría de problemas gastrointestinales cuando ocurrió el incidente. En un momento dado de la tarde, Gommo comienza a dormir la siesta con la boca abierta.
Como le explicó al salir del hospital en un medio local:
“Estaba tomando mi siesta de la tarde con Belle, como siempre hago, cuando de repente sentí que algo chorreaba en mi boca. Corrí al baño y mi hija estaba en la ducha, así que antes de lavarme tuve tiempo de tragar sin querer. Fue repugnante, y estuve vomitando violentamente durante horas después. Simplemente, no podía quitarme el sabor de la boca”.
Sea como fuere lo sucedido, aquello solo fue el comienzo de una situación mucho más grave. Después de horas de vómitos y diarrea, la familia llamó a una ambulancia para la mujer. Los paramédicos le aconsejaron que bebiera líquido, pero sus síntomas, incluidos los calambres en todo el cuerpo, continuaron empeorando.
Finalmente, la ingresaron en el hospital, donde la mantuvieron con goteo durante tres días mientras lidiaba con la infección, además de la deshidratación producida por los vómitos y la diarrea.
“Mi nota de alta decía que había sufrido una infección gastrointestinal causada por un perro que defecaba en mi boca. Algo que los médicos nunca habían presenciado antes”, comentó.