La nuez moscada, cuyo nombre científico esMyristica fragans Houtt, se obtiene de un árbol originario de las islas Molucas en Indonesia, que llega a medir entre 10 y 20 metros de altura. Este tiene una corteza de color gris con tonos marrones y verdes en las ramas jóvenes que producen hojas de hasta 10 cm de longitud.
Las flores de este árbol son muy pequeñas, y de ellas se forma el fruto, una especie de drupa redonda de color verde que cambia a amarillo al alcanzar la madurez. Dentro de ella, se encuentra una semilla, la nuez moscada. Se ubica en el centro del fruto, y está rodeada por una membrana rojiza llamada macís.
La nuez moscada se produce principalmente en las islas de Banda y Granada. Cuando el fruto alcanza la madurez, puede ser cosechada por los productores, aunque gran parte de la producción se cae al suelo cuando está madura. La nuez está protegida por dos mitades de fruta que se abren para llegar al centro.
La nuez moscada es de forma ovoide, de 2 a 3 cm de longitud y con un exterior de color grisáceo rugoso. Tiene un aroma característico y sabor un tanto picante y un amargor ligero.
La nuez se retira del fruto con todo y aquella membrana roja con hebras llamada macís, la cual tiene un aroma y sabor parecido al de la nuez moscada y que también se utiliza con fines gastronómicos.
Se lavan y el macís se separa de la nuez a mano, para mantener ambos productos intactos. Después, las nueces se colocan en camas de secado, donde permanecer de 6 a 8 semanas a la luz del sol para deshidratarse.
La nuez, que en principio es firme pero húmeda, se seca por completo y la cáscara exterior se endurece. Cuando esto se logra, se lleva a una especie de molinos, donde se rompe la cáscara para liberar la semilla.
Después de esto, se lavan y se sumergen para dividirlas en dos categorías. Las nueces pesadas que se hunden, son las que se destinan al uso en la industria gastronómica, aquellas que se comercializan y llegan a las cocinas de hogares en distintas partes del mundo. Por otra parte, las nueces livianas flotan, y se venden a las industrias cosméticas y farmacéuticas.
El siguiente paso es volver a secarlas, por un período de 48 horas. Pasado este tiempo, se hace un filtro de calidad donde se descartan aquellas rotas o maltratadas, para después dividirlas por tamaños. Las nueces se empacan en costales y se venden a fábricas procesadoras de alimentos, para ofrecerse en sus distintas presentaciones.
Ahora que conoces el proceso por el cual pasan estas peculiares nueces que dan su sabor característico a diferentes preparaciones, no pierdas la oportunidad de tener un poco de este gran ingrediente en tu cocina.