Los paisanos se encargaron durante años de hacerse pesar en donde sea que el Tricolor jugara en Estados Unidos.
Quedaron en el pasado los tiempos en que la presencia de la Selección Mexicana abarrotó los estadios de la unión americana, al menos para este compromiso amistoso entre el Tricolor y Perú, el cual estaba destinado a ser un lleno hasta las lámparas.
Los paisanos se encargaron durante años de hacerse pesar en donde sea que el Tricolor jugara en Estados Unidos. En el proceso de Gerardo Martino al mando de la selección, se ha ido perdiendo esa confianza. Y se mostró en las gradas.
Horas previas al arranque del cotejo de preparación rumbo a la Copa del Mundo contra Perú, se notificó que se vendieron poco menos de 60 mil entradas en el Estadio Rose Bowl, prácticamente dos terceras partes de la capacidad del recinto.