No son el espejo del alma, pero casi. Por su rugosidad, por el cuidado de las uñas e incluso por la higiene, las manos pueden llegar a dar muchas pistas de cómo es una persona, incluso desde la primera impresión. Pero más allá de imaginar a qué se dedica o de reconocer a un fumador por la tonalidad de los dedos, tanto la palma como el dorso pueden alertar de la existencia de posibles enfermedades.
Es lo que le ocurrió a una joven de Virginia (EE.UU.), quien compartió con sus seguidores de TikTok cómo una marca en sus uñas, que ella consideraba ya parte de sí misma tras llevarla durante más de una década, se convirtió en su peor pesadilla: padecía cáncer. Un "anuncio inesperado", tal y como explicó la joven, que conoció después de visitar a un especialista tras la recomendación de un amigo.
La tonalidad de las manos de la reina Isabel II en su última aparición pública, tan solo dos días antes de su fallecimiento, también alertó a los medios británicos, que días después no pasaron por alto cierta inflamación en los dedos del rey Carlos III.
"Son varias las enfermedades reconocibles a través de las manos. Una de ellas son los edemas, que tienen mayor repercusión en las personas mayores. Es esa hinchazón característica, que también aparece en los pies, la que puede alertar de una posible artrosis, además de la evidente retención de líquidos", explica el médico de Atención Primaria Luis Miguel García.
Desviación de los dedos, hinchazón e inflamación
La acropaquia es otra de las dolencias visibles en las manos. "Ocurre cuando las puntas de los dedos se agrandan y las uñas se curvan alrededor, generalmente, con el transcurso de los años. También se denominan 'dedos en palillo de tambor'. Es el resultado de un bajo nivel de oxígeno en la sangre y podría ser un signo de varios tipos de enfermedad pulmonar", añade el doctor.
"La acropaquia se relaciona, además, con problemas con el alcohol e insuficiencias respiratorias, estas últimas también relacionadas con quienes presentan las puntas de los dedos de una tonalidad amoratada", afirma Luis Miguel García.