La caída forma parte de la renovación y regeneración natural del pelo, pero el uso de algunos medicamentos, estrés y posparto pueden acentuarla.
Por temporadas empezamos a notar que más pelo se queda en el cepillo o en nuestras manos y aunque la pérdida de pelo es un proceso habitual que no debe preocuparnos, es importante saber cuándo debemos acudir a un especialista.
Al proceso natural se le pueden sumar otros factores internos que enfaticen la pérdida y que, al coincidir con un periodo de caída natural, queden enmascarados. El estrés, algunos medicamentos, el posparto, la anemia o incluso el covid-19 pueden también provocar la caída.
"Sin duda, antes de nada, es relevante que un profesional revise la melena, haga un diagnóstico y compruebe que la caída no es excesiva o que haya zonas donde el cuero cabelludo presente huecos claros o calvas. Lo fundamental para poner remedio es saber qué nos pasa y así tomar las medidas más certeras para corregirlo", afirma Saiz.
Es clave no confundir la caída con la pérdida, ya que, aunque los síntomas pueden ser parecidos, no lo son las consecuencias, tal y como lo aclara la peluquera.
"La caída y la pérdida de cabello pueden despistarnos, pero se deben a causas muy diferentes. Mientras que la caída es un proceso normal en el que el pelo se regenera y vuelve a crecer, la pérdida provoca una reducción del manto capilar porque no se regenera, es decir, no vuelve a nacer, es la famosa calvicie", explica.
Si la caída aumenta, pero puede ver que en simultáneo tiene cabello nuevo o 'baby hairs' puede mejorar la situación recurriendo a productos y hábitos que reforzarán el pelo en la fase de regeneración.
"La cosmética capilar nos ofrece soluciones aptas para fortalecer el pelo durante la época de caída, como champús, acondicionadores, mascarillas, aceites o incluso nutricosmética, cuya principal función es mejorar el cabello desde el interior", dice Saiz.
Otro aspecto fundamental consiste en llevar una dieta equilibrada para evitar un déficit vitamínico, sobre todo de hierro y zinc, dos de los minerales fundamentales para su crecimiento.
"Una de las falsas creencias más frecuentes en torno al pelo es el tema del lavado. Un pelo sano es un pelo limpio que lavamos con un champú adecuado a sus necesidades y características. De este modo, eliminaremos del cuero cabelludo, secreciones y descamaciones y restos de productos de acabado", puntualizó.