Encuadres...RECORDAR Y OLVIDAR

Si el gran Catón me permite hacer la referencia, hoy mis cuatro lectores notarían aquí algo poco común.

La política siempre es referente y no dudo que en el sentido también exista, especialmente cuando se mercadea, pero acá quiero compartirles algo con neutra intención mercantil.

Este pasado fin de semana, tuve una de las experiencias más gratificantes de mis últimos existieres: disfrutar el éxito y analizar los fracasos.

Y no fue un hecho histórico que haya quedado escrito con la tinta que usted ahora percibe, sino con sabor, aroma, vista, oído y tacto.

Una tradición arraigada a La Laguna desde tiempos florecientes de la uva y el algodón es la Feria de Torreón, donde año con año se congregan lo mismo familias enteras que parejas de primer contacto y aquellos parroquianos que dejaron su templo habitual para ir a calentar la garganta a este sitio.

Yo tuve la oportunidad de acudir en lo íntimo, que ya es razón alegre de sobra, pero también se me dio la ocasión de regodearme con la felicidad colectiva.

Es un hecho científico y hasta geográfico e histórico que la pandemia no ha concluido, como lo es también que en términos económicos la inflación a 8.62 por ciento está a punto de hacer estallar al globo. 
Sin embargo, mis ojos solo presenciaron júbilos que se antojaron merecidos.

Winston Churchill, un político con mucho sentido, para atravesar mis propios textos, dijo alguna vez que “el éxito es la habilidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.

En tanto, Jorge Luis Borges, otro de los que aquí refiero, pero a la inversa, fue total al manifestar que” hay derrotas que tienen más dignidad que una victoria”.

La pandemia, la economía, la seguridad, los conflictos bélicos actuales y la misma política o el sentido -común o humano- nos han puesto contra las cuerdas y seguirán ejercitándose contra nosotros numerosas ocasiones, pero antes de que alguien hable de irresponsabilidad o dispendio, yo debo atajar aclarando que lo que yo percibí aquella noche de sábado entre los míos y mis coetáneos fue la increíble habilidad de ser humano.

Y ser humano va más allá de nacer, crecer, reproducirse y morir. Ser humano es repasar y crear nueva historia.

Yo creo fielmente en Churchill y Borges. Y podría asegurar que me entusiasma ver que aún hay vida y que, si seguimos defendiéndola desde lo micro, no estamos tan fracasados. 

Entender que la vida va más allá de lo que se ha catalogado como los estándares de victoria, de cumplir con lo que una sociedad pide para sentirnos o no realizados.

A veces, muchas veces se trata solo de regocijarte con oler algo delicioso, comer algo sustanciable, entender aquello que creíamos imposible de descifrar, ayudar al desvalido, poner límites, romper miedos, a final de cuentas, como lo decía; 
De eso se trata la vida, de ir cumpliendo nuestras propias metas, para sentirnos, enteros, de una sola pieza.
¿O usted qué opina?

 

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