La palabra de Dios condena al dinero cuando en lugar de considerarlo como un medio se le trata como un fin.
Feligreses acudieron a la misa dominical en la Iglesia Santiago Apóstol de Monclova a escuchar las palaras de vicario Juan Francisco en el vigésimo quinto domingo ordinario.
El vicario manifestó que hoy el señor propone para la reflexión el tema del peligro del dinero en la vida de hombres y mujeres de fe, ya que el dinero y los bienes materiales forman parte de las preocupaciones del ser humano a lo largo de la vida.
Los humanos necesitan del dinero para alimentarse, vestir, educar, diversión y salud, sin embargo, la palabra de Dios condena al dinero cuando en lugar de considerarlo como un medio se le trata como un fin, poniendo en el corazón, la mente y voluntad.
El punto de partida para entender esta visión evangélica es tener en cuanta 2 frases bíblicas como “Jesucristo siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza” y “el origen de todos los males es el afán del dinero”. Así como estas hay otras frases en la sagrada escritura que dan la pauta para entender que el hombre requiere de los bienes de la tierra para llevar una vida armoniosa y tranquila, pero no por ello e tiene que divinizar o colocarlo en primer lugar en la escala de valores.
Los que buscan a la pobreza solo para arruinarla, disminuyen las medidas, aumentan los precios, alteran las balanzas, obligan al pobre a venderse. Hoy en día, Dios ante esta situación tan injusta toma partido por el débil y no se olvida jamás ninguna de estas acciones.
Jesús en el evangelio presenta varios asuntos en relación con la administración y el uso de los bienes materiales, habla de un administrador que malgastó los bienes de su patrón y cuando es llamado a cuentas con astucia hace arreglos con los deudores a fin de granearse con su trabajo y a pesar de ser despedido tendía buenos amigos que lo podrían ayudar para seguir llevando un tren de vida acomodado. Las cosas al parecer no han cambiado mucho hoy en día y el señor también con frases cortas invita a la humanidad a ser fieles en las cosas pequeñas, con administradores honestos y llenos de transparencia, justicia y amor. No hay criados que puedan servir a dos amos, en resumen, no pueden servir a Dios y al dinero, es decir, no se debe poner en el dinero y los bienes materiales el corazón, si no, ser hombres y mujeres desprendidos de los bienes de la tierra de manera que se ponga el corazón en los bienes que duran para siempre.