La charrería para mujeres empezó a inicios del siglo XX y se practicaba en las haciendas y ranchos de Jalisco.
Con su elegancia y valentía, las escaramuzas o mujeres charras de Jalisco, estado del occidente de México, se abren paso con una escuela que entrena a niñas y adolescentes en la charrería, considerado un deporte nacional usualmente dominado por hombres.
La escuela abrió sus puertas de manera formal a principios de septiembre, el mes de las fiestas patrias de México, y es la primera avalada por el Gobierno estatal en un esfuerzo por inculcar en las más jóvenes el amor por las escaramuzas, una rama de la charrería que es practicada solo por mujeres.
Esther Venegas Rodríguez, originaria de San Martín de Hidalgo, un municipio de la región valles de Jalisco, contó este miércoles a Efe que desde pequeña monta a caballo y hace unos cuatro años se animó a ser escaramuza.
El amor por esta vertiente de la charrería la llevó a impulsar la escuela en ese poblado y rápido tuvo una respuesta, no solo de niñas que ya conocían este deporte, sino de quienes se acercaban por primera vez a él.
Aunque es una variante de la charrería, las escaramuzas tienen su propia identidad y sus propias suertes o ejercicios que requieren de valentía, un amplio conocimiento de los caballos, habilidad para dirigirlos y mucha coordinación, precisó.
“Con todos los ejercicios se conforma una rutina que nos da puntos en las competencias, pero lo más importante es tener el valor para andar a caballo. Las chicas ya traen ese amor por los caballos, solo es necesario entrenar la coordinación y estar atentas", explicó.
Venegas Rodríguez tiene la sonrisa y la sinceridad de las mujeres de pueblo, en donde la charrería tiene su espacio natural, pues en sus orígenes, a inicios del siglo XX, se practicaba en las haciendas y ranchos de Jalisco, como una actividad de entretenimiento entre los hacendados y sus trabajadores.