El público no podrá ver el rostro de la reina, cuyo féretro yacerá cerrado y cubierto con el estandarte y las insignias reales.
El ataúd de la reina Isabel II, frente al que desfilarán cientos de miles de personas hasta sus exequias, está hecho de roble inglés, forrado de plomo y fue fabricado hace más de 30 años, explicó el lunes el diario The Times.
El público no podrá ver el rostro de la reina, cuyo féretro yacerá cerrado y cubierto con el estandarte y las insignias reales.