Los británicos están de luto, pero no todos lo viven del mismo modo.
A las puertas del Palacio de Buckingham, residencia de la realeza, han llegado tantas flores y ofrendas que ya no quedó más espacio.
Por eso, los arreglos están siendo trasladados a Hyde Park y Green Park, donde se está montando una gran ofrenda floral.
La marea humana que llega a Buckingham es constante, interminable. No importa que el cuerpo de la reina Isabel II aún siga en Escocia, donde falleció. El martes, cuando se prevé la llegada del cuerpo, será “una locura”, dicen los que se han acercado al recinto.
Todos quieren dejar un mensaje de despedida. Las iglesias están ofreciendo libros de condolencias ante la gran demanda. También el Palacio de Buckingham ofrece detalles para dejar mensajes en línea.
Como parte del luto nacional se suspendieron varios eventos, como la Liga Premier de futbol y los National Television Awards, que pasaron del 15 de septiembre al 13 de octubre.
El luto se ve en los espectaculares repartidos en la capital.
Pero, al mismo tiempo, la vida sigue su curso: el campeonato de Golf PGA en Wentworth reinició la actividad.
Los comercios permanecen abiertos; la famosa avenida Oxford Circus sigue su actividad en normalidad con las horas habituales.
También los teatros, donde la programación continúa igual. Salvo un detalle: a manera de respeto, muchos teatros bajarán la tonalidad de sus luces y guardarán dos minutos de silencio en cada función, en señal de respeto. También se entonará el himno nacional y habrá libros de condolencias.
En las tiendas, las ventas continúan, pero con un compromiso: mantener una música “apropiada” al luto nacional.
Gesto del rey se vuelve viral
Carlos III fue proclamado nuevo rey del Reino Unido este sábado, pero los espectadores notaron que el monarca de repente hizo un gesto furioso a uno de los ayudantes.
Mientras iba a firmar la histórica proclamación, el soberano le indicó frenéticamente a un asistente que moviera una caja de bolígrafos de su escritorio, que los espectadores describieron como “demasiado pequeña” para el enorme documento.
El juego de plumas que usó para firmar fue un regalo de sus hijos, los príncipes Harry y William, reportaron medios como el Daily Mail.
Algunos espectadores bromearon sobre que el nuevo rey ‘robó’ el bolígrafo después de ver que se lo metió en el bolsillo antes de volver a sacarlo.
Luego, el príncipe William tomó asiento para firmar la declaración y tuvo que pedir torpemente que le devolvieran la pluma y la caja de bolígrafos.
El nuevo rey siguió una tradición que se remonta a siglos atrás al firmar la declaración con “Charles R”.
La tradición de firmar con la inicial R se remonta a siglos atrás para los monarcas ingleses y se utiliza para designar la autoridad del soberano.
Se remonta a Enrique I, que gobernó a principios del siglo XII, y es como se firman todos los documentos oficiales y las cartas formales