La agencia espacial ha encontrado una equivocación que, pese a los días, no ha obtenido resultados positivos. Artemisa I podría volar aún en la quincena de octubre.
El pasado sábado 3 de septiembre, Artemisa I volvió a ser prolongado por la NASA, siendo la segunda vez en las últimas semanas que ocurre dicho problema.
Todo esto radica por el cohete SLS, que impulsará la cápsula Orión a la Luna, manteniendo una gran fuga de hidrógeno en un accesorio de desconexión rápida. Este problema, visto en el primer retraso.
Para solucionarlo, los expertos están evaluando dos opciones. La primera es reemplazar los componentes en el accesorio sospechoso en la plataforma de lanzamiento y realizar una prueba de combustible con hidrógeno líquido para verificar su rendimiento.
La segunda opción es que el cohete regrese al edificio de ensamblaje de vehículos (VAB) para realizar las reparaciones allí.
Ambas opciones mantienen sus pros y sus contras. Aunque el reemplazo es más conveniente, no mantiene protección contra las lluvias, rayos y más. Por otro lado, regresar al VAB no permite que los ingenieros prueben el accesorio con hidrógeno criogénico tras la reparación.
Durante los intentos de lanzamientos, la NASA probó el detener la fuga durante el mismo proceso de cuenta regresiva, calentando el conector del tanque y luego enfriándolo con combustible para detener la fuga. Al no servir, se intentó represurizarlo con helio primero, para luego proceder con el anterior intento, fracasando de similar manera.