Hace unos días por medio de redes sociales se viralizó la noticia del estreno de una película independiente de bajo presupuesto, la cual fue producida, dirigida y protagonizada por Tony Quintero, un coahuilense nacido en San Buenaventura que emigró a Estados Unidos y que regresa ahora para continuar su trabajo en su país, quien saltó a la fama hace algunos años por su espectacular parecido con el actor Joaquín Cosío “El Cochiloco”. El largometraje tiene por título “Traficantes de vidas” y surgió de la mano de OLA Studios, productora también independiente que cuenta con un gran número de seguidores en su canal de Youtube, alcanzando más de un millón. Desde su estreno hace poco menos de dos semanas y hasta la fecha de escribir estas líneas, la película cuenta con 155 mil reproducciones, lo cual no es poca cosa para una producción independiente. Es por lo anterior que diversos medios voltearon los reflectores hacia ella, sin embargo, sin llegar a ser pesimista, considero que no todo lo hecho en casa siempre está bien y que aún con el pesar que nos pueda generar, no debemos apoyar producciones de mala calidad que, en lugar de hacer ver a la región como un referente en este caso del cine, nos hunda más. Se entiende que es una película de bajo presupuesto, que es independiente, que se tienen muchas limitantes, entre un sinfín más de argumentos que se tienen para defender este tipo de filmaciones; lo que no se entiende es la mala actuación de los actores, los diálogos recitados y forzados, la falta de naturalidad en las conversaciones entre ellos, el micrófono que sale a cuadro en una de las escenas y que es tan fácil de quitar en la edición de la cinta, entre también un sinfín de errores que se cometieron y que fácilmente pudieron haberse solucionado si, aún con el bajo presupuesto que se cuenta, se cuidaran más los detalles. La historia en sí es bastante genérica: un matrimonio de escasos recursos tiene enferma a su hija, la cual requiere del trasplante de varios órganos, por lo que se “apuntan” en una lista de espera para conseguirlos, además de intentar recabar una fortuna por costos de operación y sólo queda esperar. Por su parte un “junior” alcohólico, malcriado y prepotente tiene un accidente casi mortal a consecuencia de su estado de ebriedad e ingresa a un hospital, donde el padre, que es un adinerado ciudadano de la localidad, mueve sus influencias para que le consigan curiosamente los mismos órganos que necesita la niña a través de un malogrado mercado negro. Con ese preámbulo creo que ya todos sabemos el final de la película y no está mal, es decir es una historia dramática al estilo de La Rosa de Guadalupe que en ocasiones exagera las situaciones para tratar de hacerlas más tristes y complicadas, pero que al final deja un sabor de boca más agrio que dulce. Y no es que sea malinchista ni mucho menos, pero a veces no se puede defender lo indefendible; si queremos que la región sobresalga para bien en cualquiera de los rubros, debemos exportar material de calidad aún con las limitantes con las que contemos, lejos de ser conformistas y aplaudir un producto que sinceramente carece de muchas cosas para ser bueno. ¿No cree?
58 AÑOS DEL DECANO
El día de hoy esta casa editora está de manteles largos por cumplir 58 años de periodismo y es para mí un placer pertenecer a este equipo de trabajo, el cual me ha dado muchas experiencias y conocimientos. El ritmo y pasión por la noticia, ahora se combinan con la inmediatez de la información que las redes sociales y los dispositivos inteligentes demandan, por lo que día con día trabajamos 24/7 para informar oportuna y verazmente a los habitantes de la región centro, carbonífera y norte de Coahuila. Hoy, hace 58 años, el primer diario de Monclova imprimía su primer ejemplar; hoy, como hace 58 años, seguimos sintiendo el mismo placer por informarle a usted y a los suyos.