Barcelona y City empataron en el Camp Nou. Un penalty, discutido, de Christensen a Haaland en tiempo añadido que transformó Mahrez sentenció un partido amistoso para combatir la ELA que congregó a más de 91 mil aficionados en el estadio azulgrana en un éxito rotundo gracias a esa respuesta a la llamada contra una enfermedad a día de hoy incurable y que puso en el escenario mediático, futbolísticamente hablando, Juan Carlos Unzué, ex portero entre otros del Barça y entrenador que trabajó también en el club azulgrana que sufre desde hace tres años esta enfermedad.
Se firmaron tablas, 3-3, después de 90 minutos en los que ambos entrenadores, Xavi Hernández y Pep Guardiola, presentaron alineaciones con muchas variaciones y ausencia de teóricos Respondió el equipo azulgrana, que estrenó su tercera y revolucionaria equipación, tanto por su mayor acierto en el remate final como por la excepcional actuación de su portero, Iñaki Peña, que ocupó el lugar reservado a Ter Stegen.
El retorno. Peña, canterano que ha regresado al club tras una cesión de media temporada al Galatasaray para tomar el lugar de Neto, demostró una sangre fría excepcional por cuanto su puesta en escena no pudo ser más desalentadora. Habiendo pasado desapercibido bajo palos, con un buen juego de pies en la salida de balón, la primera vez que se acercó el City a su portería desembocó en un centro de Sergio Gómez muy cómodo por alto que el meta azulgrana no supo blocar, deslizándose el balón entre sus manos y rebotando en Julián Álvarez, que prácticamente, de rebote, marcó sin querer.
A partir de ahí el meta azulgrana se catapultó de manera soberbia, evitando hasta tres ocasiones claras de gol del equipo de Guardiola y demostrando que, más allá de su error puntual está plenamente capacitado para resguardar las espaldas a Ter Stegen.