Las minas nunca son seguras, menos cuando trabajas abajo del rio Sabinas
“La verdad yo siempre tuve miedo y nomas fui a trabajar a la MINA 2 de MIMOSA por pura necesidad. Trabajábamos abajo del rio Sabinas y veíamos como se filtrar el agua que caía sobre nosotros”. Cuenta Juan Antonio Castillo Leija, de 63 años originario de Palau, Coahuila.Abordado por periódico El Tiempo, dijo que no es aconsejable trabajar en las minas de la región carbonífera, “lo que pasa es que la gente tiene mucha necesidad y no hay otras fuentes de trabajo. Por mi experiencia yo digo que los 10 mineros atrapados en ‘El Pinabete’ ya no están vida. Solo expertos pueden ingresar, pero con el riesgo de que haya un derrumbe”, sostuvo el ex minero.
Antonio Castillo habla de sus experiencias como minero, dijo que en algunas minas se tiene que bajar hasta 200 metros de manera inclinada y mil metros en línea recta, barrenando, mientras que otros colocaban madera, fierros y herramientas.
“Desde donde andamos debajo de las minas, en ocasiones escuchamos el ruido de vacas, caballos, chivas y el cacaraqueo de las gallinas, ladridos de los perros que se encuentran en los ranchitos que existen arriba de las minas”.
Relato que otros de los riesgos más comunes dentro de una mina o pocito, son los gases peligrosos que despiden y que en ocasiones les falta aire para respirar por diversas fallas en el sistema, por ejemplo, cundo se corta la energía eléctrica, “y si en 20 minutos no se restablece la energía uno tiene que salir apresurado, a la vez uno siente que le quieren estallar los oídos”.
Nuestro entrevistado reconoció que quién debe tomar una decisión sobre esta tragedia es solo el gobierno federal para no arriesgar más vidas. Y aunque un derrumbe y una inundación son diferentes el riesgo es el mismo.
Juan Antonio Castillo Leija, dejó de trabajar en las minas por miedo a un accidente como siempre ha sucedido en toda la historia de la región carbonífera.
Cuando llegó a Monclova por invitación de unos familiares que viven en la colonia Occidental en Frontera, cuenta que llegó vendiendo periódico, la hizo de mensajero en restaurantes, vendió aparatos decorativos en las calles, fue albañil y soldador.
Al paso de los años su primo hermano Jesús Torres Leija -como dice- le echó la mano para ingresar a laborar a la siderúrgica 2 de AHMSA. “Después de 37 años de trabajo en AHMSA ya me jubilé, y aquí sigo vivo”.
Relato que un minero sale dañado de sus pulmones al paso del tiempo al igual que en AHMSA si trabajaste en el departamento peletizadora.