En poco más de media hora el Sevilla había sido capaz de producir siete lanzamientos de esquina y nueve remates
Sevilla y Valladolid firmaron las tablas en un partido muy disputado, con un tiempo para cada equipo, y que terminó como el Rosario de la Aurora con dos expulsados por roja directa tras una fea patada de Ocampos a Olaza.
Los de Lopetegui habían mandado en el primer tiempo, generando infinidad de ocasiones, pero pecando de su habitual falta de puntería. Y los de Pacheta reaccionaron tras el descanso hasta que lograron ponerse por delante.
El conjunto nervionense, cuando la tensión se podía cortar en el ambiente, logró rescatar el mal menor del empate gracias a un grave error de entendimiento entre Asenjo y Joaquín que aprovechó Rekik. Un punto que sabe a poco para un Sevilla con grandes aspiraciones y que peleó de lo lindo un Valladolid recién ascendido que demostró en todo momento saber muy bien a lo que juega.
El Sevilla trató de convertir los primeros minutos del partido en un acoso y derribo. Con sus laterales el campo contrario, Lamela y el Papu buscando los espacios por dentro y su habitual bombardeo de centros laterales y acciones a balón parado, intentó abrir pronto el marcador. Pero ni Rafa Mir, con todo a favor asistido por Acuña, ni el propio Acuña, con un derechazo desde la frontal, lograron encontrar portería.
De nuevo Mir, de cabeza a la salida de un córner, y Óliver Torres, con un gran golpeo con la zurda en una de las jugadas más limpias de los de Lopetegui, intentaron encontrar una portería que el conjunto pucelano trataba de hacer pequeña acumulando jugadores en el área. Aunque la más clara en este primer tramo del encuentro fue para Rekik, de nuevo tras un lanzamiento de esquina, que sin oposición alguna cabeceó por encima del larguero.
Un golpe en el costado de El Yamiq, por el que tuvo que ser sustituido, fue la previa de los mejores minutos del equipo de Pacheta, tocando más el balón y frenando la intensidad del conjunto nervionense. Pero un grave error en la entrega de Javi Sánchez en un pase horizontal de mucho riesgo lo aprovechó Lamela para asistir a Rafa Mir que, solo delante de Asenjo, buscó un remate raso que el portero palentino sacó con los pies evitando un gol que parecía cantado.
En poco más de media hora el Sevilla había sido capaz de producir siete lanzamientos de esquina y nueve remates, aunque sólo uno de ellos entre los tres palos. Una falta de puntería recurrente que mantenía el marcador a cero ante un Valladolid que, pese a asumir muchos riesgos en la salida de balón, poco a poco iba ganando confianza y teniendo más tiempo el control del juego, pero lejos de la zona de peligro. Eso sí, con el tiempo corriendo a su favor.
Y cuando el primer tiempo agonizaba, el equipo de Pacheta tuvo una ocasión inmejorable para ponerse por delante. El Papu arriesgó en su área con un pase lateral, el debutante Nianzou no acertó a despejar y el rebote le calló a Sergi Guardiola, quien con todo a favor para marcar, intentó superar sin éxito con una 'picadita' a un inspirado Bono. Aún hubo tiempo para una jugada curiosa en un centro de Lamela que terminó rebotando en el poste en un exceso de vista de Sergio Asenjo.