Las autoridades aún no saben la motivación del ataque
Andrew Wylie, agente de Salman Rushdie, dijo que "no hay buenas noticias" sobre el estado de salud del escritor, después de ser apuñalado durante una conferencia, esta mañana en Nueva York.
Rushdie está conectado a un ventilador y no puede hablar. "Salman podría perder un ojo; los nervios de su brazo están muy dañados, y su hígado fue apuñalado y dañado", declaró Wylie, reporta el periódico “New York Times”.
Hadi Matar, un joven de 24 años originario de Nueva Jersey, saltó al escenario apenas Rushdie y el moderador Henry Reese subían al escenario del Instituto Chautauqua.
El escritor indio-británico tiene al menos una puñalada en el cuello y en el abdomen. El escritor recibió ayuda médica por un doctor que se encontraba en la audiencia, informó la policía en una conferencia de prensa.
Rushdie fue trasladado por helicóptero a un hospital, cuyo nombre no se dio a conocer, y fue sometido a cirugía.
Por su parte, Henry Reese, moderador que estaba junto a Rushdie, fue atendido por una herida en su rostro y ya fue dado de alta.
Las autoridades aún no saben la motivación del ataque. En la investigación ya está involucrado el FBI.
En la escena también se encontraron dispositivos electrónicos y la mochila del atacante fue resguardada, apenas se investiga su contenido. Hasta donde se sabe, el atacante actuó solo.
La policía dijo aún contar con poca información. Tampoco saben cuáles serán los cargos que enfrentará el atacante.
Salman Rushdie fue objeto en Irán de una “fatwa", decreto religioso dictado por el ayatolá Ruhollah Jomeiní, líder religioso de Irán, que le condenaba a muerte por blasfemias y que le obligó a pasar años en la clandestinidad tras la publicación del libro. Este decreto fue leído en la radio pública de Teherán el 14 de febrero de 1989.
Rushdie, quien nació en 1947 en Bombay en el seno de una familia de musulmanes no practicantes y se declara ateo, se vio obligado a pasar a la clandestinidad cuando se ofreció una recompensa de 3.3 millones de dólares por su cabeza, que sigue vigente, ofrecida por una organización religiosa semioficial de Irán.
El gobierno del Reino Unido le otorgó protección policial, donde estudió y donde estableció su hogar, luego del asesinato o intento de asesinato de sus traductores y editores.
Pasó casi una década escondido, mudándose de casa repetidamente y sin poder decirles a sus hijos dónde vivía.
Rushdie recién comenzó a dejar su vida como fugitivo a fines de la década de 1990, después de que Irán dijera en 1998 que no apoyaría su asesinato.