La máxima actividad de las Perseidas tendrá lugar este año en la madrugada del 12 al 13 de agosto con dos inconvenientes: la Luna llena, que dificultará la visión de los meteoros más débiles, y la creciente contaminación lumínica, respecto a la cual el IAC "no es nada optimista".
Un 10% de la superficie continental del planeta se ve afectada por la contaminación lumínica, pero si se tiene en cuenta el brillo del cielo que produce la emisión de luz artificial a la atmósfera, este porcentaje se amplía hasta el 23%, ha informado este viernes el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en un comunicado.
Las consecuencias de la emisión de luz artificial hacia el cielo afectan a la biodiversidad, a la salud y, por supuesto, a la Astronomía y las perspectivas de futuro no son nada optimistas, lamenta el IAC.
Sin embargo, el centro astrofísico señala que hay regiones que luchan para revertir esa tendencia como es el caso de la Macaronesia, en donde instituciones de diferentes ámbitos se han unido en varios proyectos para luchar contra este tipo de contaminación atmosférica, cuantificando los niveles de contaminación lumínica en aquellas áreas donde no debería haber llegado y tomando medidas para frenar su avance.
Una de estas iniciativas consiste en concienciar a la población sobre el problema de la contaminación lumínica y con este fin, la noche del viernes 12 al sábado 13 de agosto, el canal sky-live.tv retransmitirá en directo la lluvia de estrellas de las Perseidas desde el Pico do Arieiro (Madeira, Portugal) y desde el Observatorio del Roque de los Muchachos en La Palma.
Esta iniciativa es una colaboración del IAC con la Sociedad Portuguesa para el Estudio de las Aves, en el marco de los proyectos Interreg EELabs y LIFE Natura@night.
“Este año la Luna llena dificultará la visión de los meteoros más débiles. Por ese motivo la frecuencia de Perseidas será más baja -alrededor de una cada 15 minutos- y solo observaremos las más brillantes, que seguirán siendo impresionantes", comenta Miquel Serra-Ricart, astrónomo del IAC y coordinador del proyecto EELabs.
Como en años anteriores es necesario encontrar un lugar alejado de los núcleos urbanos, fijar la vista en un punto del cielo y esperar pacientemente para conseguir ver alguno de los trazos luminosos de las Perseidas, aconseja el astrónomo.
El IAC recuerda que como cada año por estas fechas, la Tierra atraviesa la nube de polvo y rocas que el cometa Swift-Tuttle ha dejado en cada una de sus órbitas alrededor del Sol.
Como consecuencia, en las noches desde mediados de julio hasta finales de agosto se observa la actividad de las Perseidas, conocidas como “Lágrimas de San Lorenzo”.
En Europa se producirá la máxima actividad de esta lluvia de estrellas en la noche del 12 al 13 agosto cuando, según los cálculos de los modelos estándares, la actividad de las Perseidas se sitúa alrededor de los 100 meteoros/hora aunque, este año, la Luna llena dificultará la observación a lo largo de toda la noche.
Se conocen como “estrellas fugaces” a las pequeñas partículas de polvo, algunas menores que granos de arena, que se desprenden de los cometas o asteroides a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol.
La nube de partículas (meteoroides) resultante, debido al deshielo producido por el calor solar, se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada por la Tierra en su recorrido anual alrededor del Sol.
Durante este encuentro las partículas de polvo se desintegran al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros.
Las Perseidas reciben su nombre por la constelación de Perseo, donde se encuentra su radiante (el punto en el cielo del que parecen nacer), pero tienen su origen en el cometa Swift-Tuttle, que fue descubierto en 1862, y que, con un tamaño aproximado de 26 kilómetros de diámetro, es el mayor objeto que se acerca de forma periódica a la Tierra.