Aquella gresca entre aficionados de Atlas y Gallos Blancos en La Corregidora dejó grandes lecciones.
En marzo pasado, el futbol mexicano escribió una de sus páginas más tristes de la historia. Aquella gresca entre aficionados de Atlas y Gallos Blancos en La Corregidora dejó grandes lecciones, determinaciones y una huella profunda en la afición.
Este jueves, meses después de lo ocurrido en la ciudad de los acueductos, los tapatíos y Querétaro se volvían a ver las caras, pero ahora en el Estadio Jalisco, aún con la memoria fresca lo ocurrido en la casa de los Gallos Blancos.
Las autoridades y el gobierno, desde su trinchera, mandaron mensajes en torno a este nuevo partido con la clara indicación que, por obvias razones, se trataba de un compromiso de alto riesgo.