Un robot creado en la Universidad de Stanford en California se sumerge en naufragios y aviones hundidos de una manera que los humanos no pueden. Conocido como OceanOneK, el robot permite que sus operadores se sientan como exploradores submarinos también.
OceanOneK se asemeja a un buzo humano desde el frente, con brazos, manos y ojos que tienen visión 3D, capturando el mundo submarino a todo color.
La parte posterior del robot tiene computadoras y ocho propulsores multidireccionales que lo ayudan a maniobrar con cuidado en los frágiles barcos hundidos.
Cuando un operador en la superficie del océano usa controles para dirigir OceanOneK, el sistema de retroalimentación háptica (basada en el tacto) del robot hace que la persona sienta la resistencia del agua, así como los contornos de los artefactos.
Las capacidades táctiles y visuales realistas de OceanOneK son suficientes para que las personas sientan que se sumergen en las profundidades, sin los peligros o la inmensa presión submarina que experimentaría un buceador humano.
El especialista en robótica de la Universidad de Stanford, Oussama Khatib, y sus estudiantes se asociaron con arqueólogos de aguas profundas y en septiembre comenzaron a enviar al robot a inmersiones. El equipo acaba de terminar otra expedición submarina en julio.