El líder de los Rolling Stones sigue recorriendo escenarios con su energía habitual
El octogenarismo va a llegar. También para Mick Jagger, ese tipo que parece desafiar las leyes de la naturaleza con un estado de forma poco habitual a los 79 años, menos aún si tenemos en cuenta todas las fiestas que se ha pegado a lo largo de su larga vida. El cantante de los Rolling Stones lleva, eso sí, unas cuantas décadas practicando un culto a la salud física y mental que está dando unos resultados espectaculares. Al menos dos, ya que en 2001 anunció que para él se habían acabado «las fiestas, las drogas, el alcohol y todo lo demás".
No importa la edad. Tampoco la cirugía coronaria que le practicaron en 2019 en la que le reemplazaron la válvula aórtica. Ni siquiera influye el Covid que lo postró unas semanas atrás y lo obligó a postergar algunas fechas. Ahí en el escenario, como siempre, invicto, está uno de los más grandes performers de la historia del espectáculo.
La vestimenta es la habitual. Pantalones achupinados, remera negra, la chaqueta colorida con vivos rojos. Alguien que no supiera de quién estamos hablando, podría imaginarse un cuadro patético: un anciano disfrazado como un joven. Pero no. Con Jagger no sucede eso. Sólo provoca fascinación y devoción.
Hoy Mick Jagger cumple 79 años. Imposible adivinar su edad si se lo ve en el escenario. Imposible era creer, años atrás, que los Rolling Stones seguirían convocando multitudes en cualquier lugar del mundo ya entrada la segunda década del nuevo milenio. Imposible suponer, en medio de su éxito inicial, tamaña longevidad. A los seis años del inicio de la banda uno de los miembros originales había muerto y el dúo creativo se debatía entre las drogas, romances tormentosos y cruzados y los problemas con la justicia. Con ese panorama no parecía que iban a durar demasiado. Nadie podría haber calculado que más de medio siglo después seguirían en actividad. No como una banda para nostálgicos tocando para un centenar de canosos anclados en el tiempo, sino agrandando, año a año, su base de fans, constituyéndose casi en un símbolo de la juventud (eterna).