“Creo que el ambiente y la relación entre la empresa y el sindicato se han deteriorado de manera importante por el incumplimiento de Teléfonos de México (Telmex) a sus obligaciones”, señaló Francisco Hernández Juárez, secretario general del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) a El Economista.
Exigencias. El conflicto, que derivó en la primera huelga para el dueño de Telmex, el multimillonario Carlos Slim, “lo traemos arrastrando desde hace mucho tiempo y se juntó con la revisión al contrato colectivo de trabajo (CCT)”. En 2019 iniciaron las pláticas sobre el pasivo laboral que, de acuerdo con la empresa, suma más de 270,000 millones de pesos. Ahí empezó el estire y afloje.
Un día después de iniciado el paro en la compañía de telecomunicaciones más importante del país, el STRM y Telmex acordaron levantar el paro y crear una mesa técnica bipartita para analizar los costos de las jubilaciones y las 1,942 vacantes que no se han cubierto, lo que le representa mayores cargas de trabajo al personal activo. En abril pasado tocó la negociación ordinaria del CCT para el periodo 2022-2024, en la que las trabajadoras y los trabajadores —alrededor de 66,000— demandaron 7.3% de aumento salarial para paliar la inflación, que asciende a más o menos a ese porcentaje. los tres puntos de exigencia fueron Por violaciones al CCT, cobertura de 1942 plazas y revisión contratctual.