Solamente la pandemia ha logrado que se disminuya la cifra de matrimonios y compromisos católicos o religiosos en la población.
M onseñor José Valdés, representante de la Diócesis de Piedras Negras indicó que a pesar de los cambios actuales que se han tenido en la sociedad, los jóvenes continúan creyendo en el sacramento del matrimonio.
Detalló que tan solo en una semana se ha recibido a una pareja por día que se interesan por preguntar que se necesita para poder casarse por la Iglesia, lo que indica que los jóvenes todavía mantienen esa ilusión de unirse de forma religiosa para toda la vida.
Edad predominante. Destacó que la edad actual de los interesados, que acuden a solicitar participar en los cursos prematrimoniales, presenta variación entre los veinte y los veinticinco años y otros tantos rondan entre los treinta y cinco y los cuarenta años derribando ese mito de que la juventud de estos días ya no esta interesada en este sacramento religioso, que sigue siendo la mayor tradición dentro de los hogares mexicanos.
Asimismo Monseñor Valdés mencionó que parte importante a realizar es que la Iglesia apoye a estos jóvenes a culminar su sueño, por lo que se les indica que en cualquier circunstancia acudan a aclarar sus dudas pues a veces por problemas muy sencillos, tanto así como el entregar el papeleo, muchos se frustran y ya no continúan pero por fortuna en las estadísticas se logra que cerca del 90 por ciento lleve a cabo su deseo matrimonial.
Contradictorio. Caminando ahora hacia un punto contradictorio, la terapeuta familiar Carina Sandoval señala que actualmente hay muchas circunstancias que están logrando que los jóvenes ya no busquen contraer matrimonio como es la económica pues la inseguridad laboral y los bajos salarios son los principales causantes no solo de la disminución de los matrimonios si no también la causa número uno de los divorcios, haciendo que ahora los jóvenes adultos de hasta 35 años decidan todavía continuar dependiendo parcialmente de sus padres, es decir aporto una cantidad pero no tanto como si estuviera en mi propio hogar, en mi propio matrimonio. Otra cuestión y se podría decir también una de las principales de esta caída es el de no creer más en la religión, sea cual sea la que se profese, pues muchos católicos solamente pasan por lo que es el bautizo, no volviendo a pararse en una iglesia ni en su juventud ni en la adultez, posteriormente regresan buscando este sacramento para poder realizar la boda religiosa y es tramite es más tardado aunque no imposible.