Jesús N sigue gozando de algunos privilegios en el penal.
A pesar de encontrarse en prisión preventiva en el Reclusorio Norte por el presunto feminicidio de su esposa Yrma Lydya, Jesús N, sigue gozando de algunos privilegios en el penal como es la visita conyugal de una joven, comida de restaurantes, medicamentos, telefonía, y televisión.
El periodista Mario Maldonado reveló estos privilegios en su más reciente columna “Historias de NegoCEOs” titulada “Políticos, abogados, empresarios: su vida en el Reclusorio Norte”.
En el texto señala que el exgobernador Javier Duarte, el abogado Juan Collado, el empresario Alonso Ancira, el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, el exsenador Jorge Luis Lavalle y el más reciente inquilino del Reclusorio Norte, Jesús Hernández Alcocer, tienen acceso a comida de restaurantes, medicamentos, telefonía y televisión.
Pero este último (Jesús N), también goza de visitas conyugales, “Un visitante reciente al Reclusorio comentó que lo vio con otra mujer joven, a quien recibió como visita conyugal”, destacó el columnista de esta casa editorial.
Jesús Hernández durará cuatro meses en prisión preventiva
El pasado 1 de julio, un juez de control decidió vincular a proceso a Jesús Hernández Alcocer, abogado, acusado de asesinar a su esposa, la cantante Yrma Lydya, dentro de un restaurante de la Ciudad de México.
En esa audiencia, al presunto feminicida se le dictó prisión preventiva oficiosa y se determinó que la investigación complementaria del caso durara cuatro meses.
El Ministerio Público mostró al juez videos de seguridad del restaurante y de otros establecimientos cercanos, y en ellos se observó cómo —aparentemente— luego de cometer el feminicidio, el abogado Jesús Hernández Alcocer le dio el arma de fuego a Benjamín, su escolta, quien a su vez se la entregó a una tercera persona que ya es buscada por las autoridades, pues está señalada por intentar perder el arma, la cual fue localizada días después por agentes.
Ésta, según se detalló, es una pistola bañada en oro, fácilmente identificable, pues el abogado y presunto feminicida siempre la portaba, fajada, en la cintura.