— Jose L. Adriano 19/07/2022
No sólo se convirtió en la más rápida del mundo, sino que también reivindicó una lucha que comenzó en el 2017.
Sentados en la parte más alta de las gradas del Heyward Stadium, el esposo y el pequeño hijo de Shelly-Ann Fraser Pryce observaban cómo la corredora lograba su quinto oro mundial consecutivo en los 100 metros planos. Lo que para todo el mundo era la consagración de la mejor atleta en la historia de Jamaica, sin embargo, para ellos era el resultado de las horas de trabajo y esfuerzo de la mujer y la madre.
A sus 35 años, la deportista de los cabellos pintados no sólo se convirtió en la más rápida del mundo al correr los 100 metros en 10.67 segundos, sino que también reivindicó una lucha que comenzó en el 2017, cuando dio a luz a su hijo Zyon y los prejuicios apuntaban a su descenso como velocista.
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