El indicador principal de retroceso fue el PIB, que bajó considerablemente.
Según las primeras estimaciones, la economía en Estados Unidos, medida por el Producto Interno Bruto, podría haberse contraído en los tres meses comprendidos entre abril y junio. Si se añade a la caída de enero a marzo, sumarían dos trimestres consecutivos de retroceso.
Recesión. Según una regla citada a menudo, eso significa que la mayor economía del mundo está en recesión.
Pero decidir cuándo ha comenzado una recesión o predecir que ocurra no es sencillo. La definición de ‘dos trimestres’ no es la forma en que los economistas piensan en los ciclos económicos, porque el PIB es una medida amplia que puede verse influida por factores como el gasto público o el comercio internacional. En cambio, se centran en factores como el empleo, la producción industrial y los ingresos.
Lo que está en observación ahora son los datos de consumo personal de mayo, publicados la semana pasada, que mostraron que el gasto y la renta disponible cayeron sobre una base ajustada a la inflación. Esto ha provocado una serie de previsiones sombrías para junio, y ha aumentado las conjeturas de que pronto habrá una desaceleración, si es que no ha ocurrido ya. Es probable que en las próximas semanas haya un intenso debate sobre la salud real de la economía. Si Estados Unidos se dirige a una recesión o ya está en ella, es una preocupación creciente para los jefes de las empresas y sus empleados, la Reserva Federal y el Gobierno del presidente Joe Biden.
PIB. No siempre. En 2001, el Producto Interno Bruto, tras las revisiones, cayó en los tres primeros meses del año, pero luego repuntó en los tres meses siguientes hasta alcanzar un nivel superior al del año anterior.
El PIB volvió a descender en otoño. Si bien no hubo dos trimestres consecutivos de descenso del PIB, la situación se calificó entonces de recesión, porque el empleo y la producción industrial estaban cayendo. La recesión provocada por la pandemia solo duró dos meses, de marzo a abril de 2020, aunque la fuerte caída de la actividad económica durante esas semanas hizo que el PIB se contrajera en su conjunto tanto en el primero como en el segundo trimestre del año. En 2016 hubo una notable caída de la actividad industrial que algunos denominaron ‘minirrecesión’, pero el PIB no llegó a bajar.