¿Alguna vez has sentido como se liberan emociones con alguna canción en específico? Pues todo esto tiene su estudio y explicación, conoce el “Origen neurológico del duende”.
Se trata de un estudio de neurólogos españoles que analizaron un artículo publicado por la revista Kraniion y firmado por los especialistas Cristobal Carnero Pardo, neurólogo en Fidyan Neruocenter de Granada y Jesús Romero Imbroda, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Quirón de Salud de Málaga.
En este artículo se concluye que “el duende es emoción y, como tal, se activa en determinadas circunstancias. Se acompaña de un sentimiento y de una respuesta fisiológica y corporal florida en cuya génesis participa una extensa red de estructuras cerebrales donde las neuronas en espejo tienen un papel relevante y esencial".
"El vínculo entre música y emoción es claro, pues la música tiene una capacidad singular para desencadenar recuerdos, despertar emociones e intensificar nuestras experiencias sociales. La música transmite información emocional mediante un proceso interactivo y comunicativo que involucra al compositor, al intérprete y al oyente. La música que nos emociona produce cambios fisiológicos y de activación cerebral que en ocasiones culminan en sensaciones placenteras como 'escalofríos', una pequeña parte de esa compleja, grata y misteriosa experiencia humana que llamamos duende”.
Existen varios estudios que se dedican analizar los trastornos del lenguaje, todos concluyen que la música, el lenguaje y las funciones motoras, pertenecen a un sustrato neuronal común.
También recoge esta publicación de los doctores Romero Imbroda y Carnero Pardo que “la base neuroanatómica y funcional de las emociones generadas por la música es similar a las generadas por otros mecanismos, donde intervienen estructuras límbicas y paralímpicas como la amígdala, el hipocampo, la circunvolución parahipocampal, la ínsula, los polos temporales, el cuerpo estriado ventral, la corteza orbitofrontal y la corteza cingulada”.
“el duende, como emoción que es, está dormido, se activa en determinadas circunstancias y se acompaña de un sentimiento y una respuesta fisiológica y corporal florida. Sin embargo, a diferencia de las emociones básicas, se trata de una emoción compleja y ambivalente. Pero, sobre todo y como emoción que es, se trata de una experiencia compartida entre intérprete y público”.