Tras algunos segundos de discusión, Capetillo por fin accedió a la súplica de la boxeadora, quien estaba visiblemente molesta por la actitud del entrenador.
Ligado al boxeo desde que era pequeño, el nombre de Jorge Capetillo se hizo famoso hace algunos años, cuando prácticamente salvó la carrera del campeón mundial de peso completo Tyson Fury, aunque ahora su actitud ha generado cierta polémica.
El sábado, estuvo al frente de la esquina de la mexicana Alma Ibarra, quien enfrentó a la estadounidense Jessica McCaskill, en busca de todos los cetros welter.
Previo al cuarto round de una pelea ampliamente dominada por la campeona, Capetillo se aprestaba a colocar el protector bucal a Ibarra, quien le dijo que ya no quería salir al ring, porque su único deseo era "ir a casa".
Tras algunos segundos de discusión, Capetillo por fin accedió a la súplica de la boxeadora, quien estaba visiblemente molesta por la actitud del entrenador.
Nativo de Guadalajara, Jalisco, Capetillo radica en Las Vegas, Nevada, desde hace una década. En esa ciudad tiene un gimnasio de boxeo, donde entrena a diversos chicos y a algunos púgiles profesionales, como Ibarra.
Además de eso, también funge el rol de "cutman" en otros equipos de trabajo. Su labor en esos casos es curar las heridas de los peleadores en pleno combate, lo que hizo con Tyson Fury hace tres años.
En una pelea del británico ante el sueco Otto Wallin, justamente en Las Vegas, Fury presentó un enorme corte en la ceja que pronosticaba que le detendrían el combate, pero Capetillo ingresó y lo curó, permitiéndole continuar y -a la postre- llevarse el combate para mantener su invicto.
Esa actitud le permitió llevarse una recompensa económica por parte de Fury.
Andy Ruiz y Jesse Magdaleno son otros púgiles que le han ayudado durante la complicada época de la pandemia.
Ahora está al frente de la esquina de Ibarra, quien le suplicó que detuviera su pelea, lo que al principio no parecía tan convencido de hacer.