Coral Rodríguez se mostró satisfecha por la solidaridad que mostró la población de Mina
MONTERREY, NL.- Los migrantes centro y sudamericanos, que llegaron a esta ciudad y no pudieron seguir su camino porque no pudieron abordar autobuses hacia Ciudad Acuña o Piedras Negras, fueron apoyados con alimentos, medicina, hospedaje y transporte, por la población de Mina, Nuevo León, para que viajaran hacia Monclova, Coahuila, y de ahí a la frontera norte, en su intento de cruzar hacia Estados Unidos.
Coral Rodríguez, activista por los derechos humanos, la inclusión y la igualdad, además de buscadora de desaparecidos, se dedicó a buscar y ofrecer apoyo a los migrantes, con gestiones ante autoridades y llamados a la sociedad civil, según comentó, al observar el maltrato, al grado de que se cosieron los labios como protesta, de que fueron víctimas los viajeros provenientes mayoritariamente de Venezuela, además de Nicaragua, Honduras, Colombia y otros países más allá de la frontera sur de México.
La también fundadora y líder de la asociación Abrazos de Vida, agradeció al doctor Alexis Cisneros, tesorero de Mina quien además de a apoyar para la transportación en autobuses y taxis, atendió personalmente como médico a unos 200 de los 370 migrantes.
El grupo salió el pasado fin de semana a pie en caravana de la Central de Autobuses hacia Monclova, y por las muchas caminatas que han realizado a su paso por el país, traían ampollas en los pies, además de presentar problemas de desnutrición, diarreas y enfermedades del aparato respiratorio.
Vecinos de Mina e integrantes de su agrupación, algunos empresarios y comerciantes, dijo Coral Rodríguez, cooperaron para comprar o conseguir medicinas, vendas, alimentos, ropa, calzado, y demás insumos necesarios para intentar brindarles un trato más humano a estos hermanos que lo único que buscan son mejores condiciones de vida.
En el contingente donde viajan familias completas, comentó la activista, hay cinco recién nacidos que vieron la luz en suelo mexicano, ya que algunos migrantes tienen varios meses en el país.
Coral Rodríguez se mostró satisfecha por la solidaridad que mostró la población de Mina, al donar no solamente ropa, comida y alimentos, sino también permitió que algunas familias durmieran y se asearan en sus casas, antes de seguir su recorrido, ya en transporte en autobuses y otros vehículos de motor, ahorrando unos cuatro días de caminata, para llegar a Monclova y de ahí partir hacia la frontera con Estados Unidos.