Mira fijamente, ¡nuestro cerebro cree que este agujero negro va a tragarnos!
Esta imagen de un agujero negro es completamente estática sin embargo los sentidos nos traicionan al verla. Los investigadores afirman que da a la gente "una creciente sensación de oscuridad, como si entrara en un espacio vacío de luz".
Según un estudio publicado en Frontiers in Human Neuroscience , el movimiento ficticio que percibimos se debe probablemente a que nuestra mente identifica que se encuentra ante un cambio de escenario y nos prepara para reaccionar.
Al predecir un cambio de luz a oscuridad, nuestro sistema visual se ajusta muy rápidamente a condiciones consideradas peligrosas.
"Aunque, como en cualquier ilusión, esta oscuridad virtual en expansión se experimenta a costa de la veracidad, ya que el observador no está avanzando ni entrando en ningún espacio oscuro, es probable que dicho coste sea menos grave que si no hubiera correcciones cuando un observador avanzara realmente hacia un espacio oscuro", agrega el estudio.
Durante el estudio, los científicos mostraron “agujeros en expansión” de distintos colores a un grupo de 50 personas con una visión normal. También se les enseñó versiones codificadas de la ilusión óptica sin ningún patrón discernible de luz o color.
Lo que vieron los científicos fue que el efecto ilusorio funcionaba mejor cuando el agujero era negro. Más concretamente el 86 % de los participantes tenía la sensación de que la oscuridad se dirigía hacia ellos cuando aparecía en este tono.
Los científicos hicieron un seguimiento de los movimientos oculares de los participantes y resultó que sus pupilas se dilataban inconscientemente al ver el agujero negro y se contraían solo un poco cuando lo veían de color blanco.
Los autores tienen una hipótesis de por qué el ojo puede hacer esto. Cuando la región central es negra, probablemente nuestras pupilas nos están preparando para un cambio de luminancia en un futuro próximo. En lugar de ver la información que se presenta directamente frente a nosotros, la red neural visual predice cómo cambiará esa información en el futuro, generando "una ilusoria 'expansión hacia afuera' de la región central 'agujero'".
Si el cerebro no hiciera esto, la nueva información visual tardaría unos milisegundos más en llegar a los procesos superiores del cerebro. Si nuestras pupilas tardaran tanto en dilatarse, no podríamos transitar por la oscuridad de manera tan eficaz.