Explicaron que desde el inicio de la guerra decidieron huir, porque el gobierno Ruso es estricto y represivo.
Una pareja de migrantes rusos arribaron a la zona fronteriza nigropetense hace aproximadamente un mes, esperando solicitar asilo político a Estados Unidos, quedando varados al ser rechazados debido a que esta no es una frontera que atienda ese tipo de casos.
Iván y Anna, como llamaremos a estos migrantes de procedencia rusa, debido a que prefirieron reservar sus generales por motivos de seguridad, declararon que solamente les tomó dos días decidir abandonar su país una vez que estalló la guerra, hecho que sorprendió mucho a sus familiares y seres queridos, sin embargo, los apoyaron en su decisión.
Explicaron que desde el inicio de la guerra decidieron huir, porque el gobierno Ruso es estricto y represivo.
“Decidimos migrar cuando se desencadenó la guerra, sólo te podría decir que, a cualquier disidente del gobierno, a cualquiera que muestra públicamente su inconformidad con las medidas que se han tomado en la guerra, los desaparecen y los torturan, en el mejor de los casos los encierran”, expresó Anna.
Indicaron que, en su viaje a México, hicieron escalas en diferentes países en donde no tuvieron un lugar para dormir, hasta que llegaron a la Ciudad de México, ahí pudieron descansar un par de días hasta retomar el camino hacia esta frontera.
Al momento de llegar a Piedras Negras y encontrarse ante la imposibilidad de cruzar a los Estados Unidos, comentaron que la organización ‘Crossroads’ lo acogió, dando hospedaje, comida, ropa, baño para sus necesidades, para que no estén en situación de calle, lo cual agradecieron.
“Por el momento estaremos en Piedras Negras unos meses más, tenemos planes de trabajar aquí porque no pudimos cruzar a Estados Unidos, en lo que resolvemos nuestra situación legal, estamos preparando algo junto a la asociación para empezar lo más pronto posible a trabajar”, finalizó.
Cabe señalar que esta pareja solamente habla inglés y ruso, por lo que muestran desconfianza en la mayoría de los locales, accediendo a participar con nuestra reportera, pero acompañados de un representante de la organización ‘Crossroads’.