El aparato ha estado enviando datos que no parecen coincidir con sus movimientos y su orientación.
Las naves Voyager de la NASA llevan casi 45 años en el espacio, enviando información hasta la Tierra religiosamente. Su vida útil está siendo mucho más larga de lo que se predijo en su momento, pero es más que esperable que en algún momento experimenten algún fallo. Y eso precisamente es lo que parece estar ocurriendo ahora con la primera de estas naves. Recientemente, la Voyager 1 ha empezado a disparar datos de telemetría totalmente aleatorios. No tienen ningún sentido, dada su ubicación actual, por lo que debe haber alguna interferencia o error que los está generando.
El resto de parámetros son normales y la segunda nave Voyager funciona con normalidad. Por lo tanto, los ingenieros de la NASA no están demasiado preocupados. Incluso creen que podrían adaptarse a trabajar teniendo en cuenta ese fallo.
Aun así, como es lógico, primero intentarán detectar su origen y solucionarlo. Pero ese sería un plan B bastante aceptable, dado todo lo que están durando las dos naves Voyager. Esperan que sigan funcionando al menos hasta 2025, por lo que se quedarían cerca de cumplir los 50 años. Como para no permitirles un pequeño fallo antes de una merecidísima jubilación.
La larga carrera de las sondas Voyager
Las dos sondas Voyager se lanzaron al espacio en agosto y septiembre de 1977. Su objetivo era estudiar Júpiter, Saturno y otros planetas más allá del sistema solar. La Voyager 2, además, es la única nave espacial que ha explorado Urano y Neptuno.
Su misión inicialmente iba a durar solo cinco años. Sin embargo, su respuesta fue tan buena que la NASA optó por alargarla cada vez más. De este modo, en 2013 la Voyager 1 se convirtió en el primer objeto de creación humana en alcanzar el espacio interestelar.
Actualmente está a una distancia de 23.300 millones de kilómetros de la Tierra. Desde allí, sigue enviando información muy útil para infinidad de estudios sobre el espacio. Por ejemplo, hace poco ayudó a detectar oscilaciones en el plasma del espacio profundo. Todo esto puede continuar, no hay problema, pero lo óptimo sería solucionar ese error para el que, de momento, los científicos no tienen ninguna respuesta.
Un error misterioso
Los datos de telemetría son aquellos que permiten la medición remota de magnitudes físicas y su posterior envío hacia un operador, en este caso ubicado en la Tierra.
Hasta ahora los datos de telemetría enviados por la Voyager 1 parecían correctos. Sin embargo, últimamente no se corresponden con lo esperable, dada su posición. Algo está ocurriendo y sería una fantasía imaginar alguna interferencia alienígena, pero lo más probable simplemente es que la sonda falle porque tiene ya más de 40 años.
Por eso, los ingenieros se encuentran ya manos a la obra. La luz tarda algo más de 20 horas en recorrer la distancia a la que se encuentra esta sonda Voyager, por lo que se tardarían dos días en enviar un mensaje y obtener una respuesta. Este retardo es uno de los principales factores con los que deben contar los científicos que intentan arreglar el error. Además, deben comprobar si este error procede directamente del sistema de articulación y control de actitud (AACS), encargado de medir la telemetría, o de algún otro instrumento de la nave. En general parece que todo lo demás funciona correctamente, pues los datos cuadran, pero será necesario investigarlo.
Si no lo consiguen, según explican desde la NASA, la clave estaría en seguir trabajando, teniendo en cuenta ese error. Como si fuese un pequeño desfase o incordio al que se deben acostumbrar. No es lo óptimo, pero estas dos sondas ya han cumplido con creces lo que se consideraba óptimo para ellas. Se les pueden hacer algunas concesiones.