De cosas varias. Transporte público

Se realizó una petición por parte de los concesionarios del incremento en el costo del transporte público al alcalde Mario Dávila, con un argumento bastante contundente.

Una de las maneras más comunes, económicas y eficientes para trasladarse dentro de una ciudad sin duda es el transporte colectivo, mismo que ha estado siempre en el ojo del huracán a lo largo de su historia. Y es que se encuentran en un permanente estira y afloja en conjunto con la ciudadanía y con los gobiernos municipales; por un lado los choferes siempre buscarán un incremento en la tarifa para un mayor beneficio económico al terminar la jornada laboral, por el otro el municipio debe ser congruente con los gastos que conlleva el mantenimiento de estas unidades de transporte y convertirlo en un acuerdo justo también para las familias de la ciudad quienes al final son quienes pagan el “pasaje”, tarea que no es para nada fácil. Es por lo anterior que el día de ayer se realizó una petición por parte de los concesionarios del incremento en el costo del transporte público al alcalde Mario Dávila, con un argumento bastante contundente: las tarifas son las mismas desde 2016, es decir, desde hace seis años.

Tomando esto en cuenta, analicemos las circunstancias por las que pasan los choferes de las unidades registradas como transporte colectivo en la ciudad de Monclova: según datos proporcionados por Samuel Saucedo Vázquez, concesionario, existen 80 autobuses, los cuales se distribuyen entre las 8 rutas que quedan después desaparecer 2 de ellas a raíz de la pandemia por COVID-19, cada unidad gasta en promedio 60 litros de diesel y transporta entre 160 y 180 personas diariamente. 

Al día de ayer el promedio de venta de dicho combustible en Monclova fue de $24.47.

Actualmente los precios del pasaje van de los $8 pesos para estudiantes y adultos mayores a los $10 pesos para la población en general. De los usuarios que echan mano de este medio de transporte el 40% corresponden a estudiantes, 30% a adultos mayores y el 30% restante a los que pagan tarifa completa, por lo que si hacemos cálculos simples y suponiendo que transporten a las 180 personas, deducimos que aproximadamente el gasto de combustible asciende a los $1,470 pesos, contra los $1,550 que genera el pago de los usuarios por usar el transporte, dejando una utilidad menor a los $100 pesos diarios, cantidad que día con día se reduce más dados los incrementos en el precio de los hidrocarburos. Lo anterior sin contar los costos de mantenimiento que estos pesados vehículos generan, por lo que la situación empeora.

Según archivos históricos de la página oficial del gobierno de México https://www.gob.mx/ el diesel tenía un costo promedio en Coahuila de $17.19 pesos por litro el 1 de enero de 2017. Si lo comparamos con el promedio registrado para marzo del presente año, el cual asciende a los $22.74, obtenemos un incremento del 32.28% y si lo comparamos con el precio de ayer que alcanzó los $24.27 el aumento se posiciona en 41.18%; datos crudos nada alentadores para quienes se dedican al oficio de chofer de transporte público, quienes negociaron que la tarifa preferencial de $8 pase a $10 y la normal de $10 a $14 para obtener así los mismos ingresos promedio que a inicios de 2017, dejando de lado la inflación. Si bien un incremento del 40% para hacer uso de estas unidades parece ser muy agresivo, lo cierto es que seis años con la misma tarifa lo ameritan, es por lo anterior que cada año debería ajustarse el costo del uso del transporte en base a la inflación y costos de combustible, refacciones y operación, para no hacer sentir a la ciudadanía que la están robando, cosa que dejó de hacerse y que la administración actual intentará remediar para que a partir de junio se realice el ajuste.

Seguramente existirá una inconformidad por parte de los usuarios, pero el error no es de los transportistas. ¿O usted qué opina? 

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