El Estado busca con su renuencia que la Federación a través de la Conagua aporte recursos federales, y se establezca una mezcla con financiamiento estatal y municipal para la obra.
Mientras se deciden a derribarla o rehabilitarla continúa politizado el tema de la presa Palo Blanco en Ramos Arizpe, al grado de que ya alcanzó negativamente a algunos medios de comunicación que dan seguimiento al caso.
Por un lado, el Gobierno del Estado a través de la Comisión Estatal de Agua y Saneamien-to (CEAS) está dispuesto a acatar un ordenamiento federal que lleva, por lo menos, 15 años exhortándolo a abrir una parte de la cortina al embalse y que se coloque o construya una compuerta, aditamento del cual carece la presa pues el interior estructural de su cortina fue hecho a base de gaviones.
Por otro, la Federación a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Organismo de Cuenca Río Bravo de la Conagua (OCRB) que buscan que la presa sea rehabilitada y no destruida.
Conagua. Aunque se desconoce la fecha exacta, incluso buscando datos electrónicamente en la página de Internet de la Conagua, la controversia surgió a raíz del enésimo ordenamiento, a través de un oficio, que la dependencia federal enviara a la CEAS de Coahuila para que derribarse una parte de la cortina del embalse que es administrado por el Estado y no por la Federación para supuestamente erigir una compuerta y controlar mejor el flujo del agua.
Asimismo, el ordenamiento contempla iniciar una serie de reparaciones al total de su cortina, en la parte superior o corona, que fue construida en 2005 porque presenta fisuras o grietas y está en riesgo de venirse abajo con lo que consecuentemente afectaría a poblados cercanos por la fuerza de su avenida pluvial.
No obstante, el Estado busca con su renuencia que la Federación a través de la Conagua aporte recursos federales, y se establezca una mezcla con financiamiento estatal y municipal para la obra.
Millones. Por su parte estudiosos del tema sostienen que no se gastarían más de 20 millones de pesos en derribar una parte de la cortina de la presa, construir la compuerta y retirar el escombro que se obtuviera del derribamiento y que es considerado como impacto am-biental.
El tema, sin embargo, se politizó al llegar el último oficio de parte de la Conagua y que el director del CEAS puso en la mesa ante la opinión pública.
Sin que hasta hoy ninguna de las partes haya emitido opinión basada en informes de ex-pertos en obra hidráulica, el tema fue retomado por los diputados del Congreso local y difundido por los medios de comunicación, al grado de forzar a la Federación a pronunciarse al respecto en lo que parece será un juego mediático del que, en primera instancia, el Gobierno de la 4T trató de sacar ventaja acusando a algunos medios locales de estar publicando información falsa.
La sentencia hacia los medios fue en cadena nacional: “La presa no se va a demoler, se va a rehabilitar”.
La presa. Una presa o represa es una barrera construida sobre un río o arroyo cuya finalidad es embalsar el agua en el cauce fluvial, se construye con materiales como piedra, concreto o materiales sueltos, como gaviones a veces aprovechando una cerrada o desfiladero.
A esta barrera se le llama cortina y la parte más alta corona y donde se almacena el agua se le denomina vaso. La presa Palo Blanco se encuentra en Ramos Arizpe, a unos 30 kilómetros al noreste de Saltillo pro la carretera 57, está ubicada en el arroyo El Saucillo y corresponde a la región hidrológica 24 denominada Río Bravo-Conchos, por lo que pertenece a la cuenca del Río Bravo 1.