Israel ocupó militarmente Cisjordania en 1967 después de la guerra de los seis días, pero además ejerce control administrativo.
Jerusalén,.- Israel planea aprobar la próxima semana la construcción de unas 4.000 viviendas más en asentamientos colonos en Cisjordania ocupada, uno de los principales puntos de fricción con la comunidad internacional y en particular con EU.
La Administración Civil de Israel, órgano que controla los territorios controlados por Israel en Cisjordania, tiene previsto aprobar en su reunión del jueves la construcción de 2.536 viviendas, además de dar luz verde a otras 1.425 en una fase anterior, según informó este viernes en un comunicado esa entidad dependiente del Ministerio de Defensa.
Los planes de construcción implicarán la construcción de 364 apartamentos en el asentamiento de Doley; 534 en Shvut Rahel; 761 en Betar Illit; 56 en Negohot y 156 en Kiryat Arba, a las afueras de Hebrón.
"Acojo con beneplácito la convocatoria del administración civil la próxima semana en preparación para la construcción de unas 4.000 unidades de vivienda", afirmó en Twitter la ministra de Interior, Ayelet Shaked, mano de derecha en el partido ultranacionalista Yamina del primer ministro, Naftali Benet, ex líder colono.
La construcción de asentamientos, apoyada fundamentalmente por la derecha ultranacionalista, en uno de los puntos que más divide también dentro de la coalición del gobierno, que alberga a ocho partidos del todo el arco ideológico.
"La construcción de asentamientos en los territorios ocupados es inmoral y daña el futuro de los ciudadanos israelíes", señaló el diputado del partido izquierdista Meretz, Mossi Raz.
El anuncio también ha provocado la animadversión de la Autoridad Nacional Palestina, que ha exigido que se revoque la medida, un "desafío flagrante a la legalidad internacional y al consenso internacional que rechaza los asentamientos".
Líderes del movimiento colono han expresado también su decepción con la medida, que prevé 2.000 viviendas menos de las que se les había prometido inicialmente, según dicen.
Según medios hebreos, desde la Casa Blanca ya han expresado su rechazo a esa medida todavía pendiente de aprobación, aunque no parece que la situación llegue al extremo de hacer peligrar una previsible visita a Israel del presidente Joe Biden a finales de junio.
Washington insiste en que la construcción de asentamientos es la principal amenaza a la solución de los dos Estados al conflicto palestino-israelí y, cuando el nuevo gobierno aprobó la creación de 3.000 nuevas viviendas en octubre, el Departamento de Estado calificó la medida como “completamente inconsistente con los esfuerzos para reducir las tensiones y restablecer la calma”.
La presión estadounidense consiguió frenar uno de estos proyectos en el barrio de Atarot, en Jerusalén este ocupado, en los terrenos que albergan el cerrado aeropuerto de Qalandia, que fue puerta de entrada a los territorios palestinos y un área especialmente sensible.
El comité de planificación de la Administración no se ha reunido en cinco meses, por lo que en las últimas semanas ha aumentado la presión sobre Benet desde dentro de su propio partido para impulsar la construcción de más viviendas más allá de la Línea Verde de separación.
Israel ocupó militarmente Cisjordania en 1967 después de la guerra de los seis días, pero además ejerce control administrativo, según los Acuerdos de Oslo, sobre las áreas catalogadas como zona C, donde han proliferado asentamientos desde entonces, aunque también se están extendiendo a la zona B, donde Israel sólo ejerce control militar.
Además de aprobar 4.000 nuevas viviendas en colonias ya establecidas, Israel tiene planes para legalizar retroactivamente dos asentamientos ilegales en Cisjordania, según la ONG estadounidense Peace Now.
“Este gobierno no es diferente, no es un gobierno de cambio. Continúan construyendo en Cisjordania y destruyendo la posibilidad de paz”, dijo su director Hagit Ofran.