En los últimos tres meses se han realizado 57 abortos legales tan sólo en el Amparo Pape, de los cuales 4 corresponden a febrero, 25 a marzo y 28 a abril.
“Me he dado cuenta de que todos los que están a favor del aborto ya nacieron.”
-Ronald Reagan
Desde el pasado 7 de septiembre de 2021 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), declaró inconstitucional penalizar la interrupción del embarazo en su etapa inicial, por lo que se entiende que, desde esa fecha, el aborto en Coahuila no es ilegal. Sin embargo, transcurridas las primeras semanas después de esa fecha poco o nada se sabía de dónde, cómo y cuánto costaría practicarlos legalmente, quién los regularía y cómo sería el procedimiento. No fue sino hasta entrado el pasado mes de diciembre que el hospital Amparo Pape de Monclova fue autorizado para practicar la interrupción del embarazo de manera gratuita y segura por medio de una pastilla que actúa suspendiendo el periodo de gestación así sin más. Este procedimiento no conlleva mayores riesgos y hasta la fecha de este escrito no se han presentado problemas posteriores en las personas que se han sometido a él. Cabe mencionar que al parecer el único requisito para practicar un aborto legal en las instalaciones de dicho plantel de salud es no contar con más de 12 semanas de gestación, ya que se atienden incluso a menores de edad sin siquiera ser acompañadas de un tutor. Así lo dio a conocer el director del hospital, el doctor Ángel Cruz García, añadiendo que “la suspensión del embarazo es un derecho al que se pueden someter, sin embargo, no es una promoción que suplante las medidas para planear la reproducción de un infante”.
En los últimos tres meses se han realizado 57 abortos legales tan sólo en el Amparo Pape, de los cuales 4 corresponden a febrero, 25 a marzo y 28 a abril
Dicho lo anterior también insiste en que este no es un método de planificación familiar y debe ser siempre el último de los recursos a tomar, ya que existen otros más seguros como la planeación y el sexo responsable a través del uso de métodos anticonceptivos, los cuales en algunos casos también previenen enfermedades de transmisión sexual, como lo son los preservativos masculinos. Sin embargo, lejos de crear conciencia, el número de pacientes quienes se someten a esta intervención va incrementando exponencialmente: en los últimos tres meses se han realizado 57 abortos legales tan sólo en el Amparo Pape, de los cuales 4 corresponden a febrero, 25 a marzo y 28 a abril, cifras que parecen alarmantes sobre todo si vemos la diferencia en la incidencia entre los dos primeros. Y no es que quien escribe estas líneas sea un persignado mojigato que se asusta con estos temas, pero sí quien piensa que esta es una de las opciones que menos deben normalizarse dada la educación sexual y la enorme cantidad de métodos anticonceptivos que existen en la actualidad.
Es cierto que esto se convierte en un alivio para quienes sufren de violación y terminan gestando un embrión que realmente no desean, o para quienes el embarazo conlleva un riesgo de salud para la propia embarazada. Cierto también que es una manera segura para quienes irresponsablemente quedaron embarazados y al decidir que era un error acudían a clínicas clandestinas o métodos caseros que suponían un alto riesgo para la salud e incluso la vida de la gestante. Pero hay una gran diferencia entre los primeros casos y los segundos: mientras que en unos la fecundación no fue consentida, en los otros sí lo fue.
Lejos de condenar o aplaudir la decisión que cada quién toma con su cuerpo y sobre todo hoy que es un procedimiento completamente legal y no se le puede negar a nadie que tenga menos de 12.6 semanas de gestación, sí es concientizar la educación que damos a nuestros hijos y lo que repercute en la sociedad; enseñar a evitar los grandes problemas de la vida lejos de ser una ayuda me parece que es una condena, pero esa es sólo mi opinión. ¿O usted qué opina?