Se encontraba recluido en el Centro Penitenciario de Puente Grande donde cumplía una condena de 86 años.
Tras 11 días hospitalizado, este 29 de abril, murió José Luis Gallardo Parra, responsable del secuestro y homicidio de Enrique Kiki Camarena, agente de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y del piloto Alfredo Zavala Avelar en 1985.
El Güero, como era conocido dentro del crimen organizado, se encontraba recluido en el Centro Penitenciario de Puente Grande donde cumplía una condena de 86 años.
Gallardo Parra, quien fuese considerado cómplice Rafael Caro Quintero, falleció en la sala chica del Hospital Civil de Guadalajara a los 75 años de edad como consecuencia de una afección renal.
De acuerdo con medios locales, su hija fue quien reclamó por el cuerpo del Güero ante las autoridades del hospital, pues debido a la causa de su deceso, no se le practicó necropsia.
Se tiene entendido que, por su estado de salud, en 2014 intentó promover el beneficio de libertad anticipada, misma que le fue negada ya que no había cumplido la cantidad de años en prisión que se requerían para tal solicitud.
De acuerdo con el área de Reinserción Social en Jalisco, el Güero fundó un equipo de béisbol en el reclusorio y apoyó en la impartición de cursos de superación personal a la población penitenciaria, además que emprendió un negocio de elaboración de fajos “piteados” al interior del penal.
De acuerdo con la versión de la DEA, Camarena Salazar logró infiltrarse en las filas del Cártel de Guadalajara en la década de 1980, lo que posteriormente condujo al aseguramiento del Rancho El Búfalo, ubicado en la zona del Triángulo Dorado, en donde se encontraba una plantación de marihuana de más de 1,000 hectáreas, propiedad de Caro Quintero de donde la organización delictiva obtenía una producción anual de más de ocho mil millones de dólares.
La madrugada del 7 de noviembre de 1984, el Ejército mexicano, con ayuda de la DEA, decomisó 9 mil toneladas de marihuana pertenecientes al Cártel de Guadalajara, hecho que fue catalogado como una de las más grandes operaciones de la Administración en toda su historia.
La incautación desató la ira de Caro Quintero, quien, según la DEA, ordenó el secuestro de Camarena, el cual ocurrió el 8 de febrero de 1985 a manos de policías corruptos adscritos a la Dirección Federal de Seguridad, el entonces aparato de inteligencia mexicano. También fue secuestrado su piloto Alfredo Zavala Avelar.
El agente de la DEA y el piloto fueron llevados a un domicilio ubicado en Lope de Vega 881 de la colonia Jardines del Bosque, en Guadalajara, en donde fueron cruelmente torturados. La casa era propiedad de René Zuno Arce, cuñado del ex presidente Luis Echeverría.
El cuerpo de Camarena, con evidentes señales de tortura, fue encontrado casi un mes después, el 5 de marzo en una zona rural de La Angostura. El cuerpo de Zavala Avelar también fue encontrado.
Según la agencia antidrogas estadounidense, Kiki Camarena habría sido torturado durante dos días antes de morir. Durante las sesiones de tortura, que incluyeron, entre otras cosas, perforarle el cráneo con un taladro, el agente había sido mantenido con vida para prolongar su agonía por el médico Humberto Álvarez Machain.
Tras encontrar el cuerpo de Camarena Salazar, la agencia estadounidense implementó la “Operación Leyenda” para ir tras los secuestradores, torturadores y asesinos de Kiki. Fue así que plagiaron al doctor Álvarez Machain y lo llevaron a suelo norteamericano.