Puig se sintió "muy cómoda hasta cinco minutos antes del partido".
Madrid,- Pese a un breve ataque de pánico cinco minutos antes de salir a una pista en competición oficial por primera vez en 19 meses, a la jugadora puertorriqueña Mónica Puig ya no le asusta "nada" tras superar un calvario de lesiones que la llevaron tres veces al quirófano.
"Me siento muy orgullosa, no mucha gente elige un torneo tan grande como este para empezar, pero a mí ya nada me asusta porque lo más grave ya pasó", aseguró tras perder en primera ronda del torneo de Madrid ante la estadounidense Danielle Collins por 7-5 y 6-0.
"Es la primera vez que me van a ver con una sonrisa después de perder, pero honestamente fui increíble", comentó al salir de la cancha. "Hasta me vinieron lágrimas al entrar en la pista. Han sido dos años muy fuertes. El año pasado cuando me tuve que operar por segunda vez del hombro no sabía si iba a volver al tenis, pero tomé la decisión de salvar mi carrera y es un bonus estar jugando de nuevo y en un torneo así", añadió.
"Todavía me falta un poco en el hombro para el saque", admitió. "Me han dicho que voy a tener que bregar con el dolor durante meses. Eso me asusta mucho, pero me siento bien en la cancha y lo único que me faltan son partidos y horas en la cancha", señaló.
Preguntada por la intensidad de ese dolor en una escala del cero al diez, Puig lo situó "por encima de cinco".
"Pero me di cuenta hoy de que la adrenalina lo puede vencer todo. Aunque mi fisio me va a regañar porque intenté demasiado con mi saque y el objetivo era ir aumentando poco a poco la velocidad. Pero cuando una se mete en el partido se enfoca en lo que tiene que hacer", afirmó.
"Saqué lo mejor que he sacado en meses. Ella juega muy bien, pero hay muchas cosas positivas que puedo sacar, sobre todo con mi servicio", insistió.
Ante su reaparición, Puig se sintió "muy cómoda hasta cinco minutos antes del partido".
"Entonces le dije a mi entrenador que me estaba dando un ataque de pánico. Cuando llegué a la cancha no esperaba tener tantas emociones. Empecé a llorar porque es un milagro que esté aquí después de tres operaciones en el brazo. Mi brazo biónico sigue aquí y estoy feliz de haber disputado un partido que no fue tan fácil para ella", comentó.
La receta de la puertorriqueña para superar mentalmente un largo periodo de inactividad es "agarrarse a las cosas buenas de la vida"
"Disfruté de dos años de vida personal que nunca había tenido. Me he sentido muy bien sabiendo que tengo algo muy estable en mi familia, en mi novio, esas cosas que ayuda a mi tranquilidad. En la vuelta de una lesión, estar en una cancha en un torneo grande es una victoria. Siento que gané porque mi cuerpo me dejó competir", indicó.
En este tiempo, dijo, "el tenis ha cambiado mucho, a un deporte más físico que mental", pero ella cree que no está "tan lejos" y solo tiene "falta de partidos".
Tras dejar Madrid jugará dos torneos de categoría 125 en St Maló y París y luego irá a Roland Garros.
"Nunca me voy a quejar del tenis. Jamás", prometió. "Antes me quejaba de las condiciones, de la cancha, de la pelota. El año pasado no sabía si iba a volver. No es solo la lesión: es operarse, esperar, hacer rehabilitación, lidiar con el dolor... Pero ahora lo veo todo como una suma a mi vida y a mi carrera. Quería darme otra oportunidad porque me di cuenta de lo mucho que amo al tenis y que es una bendición", añadió.
Puig se marca ahora "objetivos chiquitos": ver cómo se siente el cuerpo y jugar muchos partidos. "Solo llevo dos semanas jugado dos veces al día... pero ya mismo lo consigo", dijo.