Actualmente Mark Landis, se dedica a ejecutar obras desde cero, de su propia autoría.
CIUDAD DE MÉXICO.- Gracias a su buen ojo y una gran desenvoltura técnica, Mark Landis se ha convertido en un artista, pese a que por décadas fue considerado como un falsificador de arte, pero los años y su historia han vindicado cada uno de sus hurtos, y hoy se ha convertido en uno de los precursores del "arte de la apropiación". Al inicio de su carrera, el Robin Hood del arte, replicaba obras de Picasso, Daumier y Signac que luego colocaba en museos, donde la seguridad estaba distraída, y eran tomadas por las obras reales hasta que una o un curador notara lo contrario, pero ¿por qué nunca fue acusado de un delito? Te narramos su historia.
Las fechorías de Landis se dieron a conocer hace 12 años, cuando "The Art NewsPaper", publicó su historia. Como ya mencionamos, el falsificador se dedicó durante decenios a copiar las obras de pintores famosos. Cuando la falsificación estaba lista, el autor intelectual de este "cuasicrimen" se disfrazaba de sacerdote para colocar las pinturas en museos y universidades, mientras nadie observaba, pero esta no era la única táctica engañosa a la que recurría, pues siempre se caracterizó por su espíritu de filántropo, ya que solía donar todos sus trabajos, que fueron aceptados con amabilidad por curadores y directos que produjeron una sensación de inclusión para el proscrito.
Luego de darse a conocer mediáticamente, la "landisfilia" se desató. En 2014, el documental "Art and Craft" expone que nunca había sido acusado de ningún delito por el hecho que toda su obra, tras ser terminada, era donada. Aunado a esto, la narrativa fílmica expone que las estafas de Landis se justificaría a través de su historial de enfermedad mental, pues se asegura que su estafa maestra tenía como principal objetivo la necesidad de aprobación y no ejecutar una actividad maliciosa, come se podría pensar.
En la actualidad, Mark Landis dejó atrás su época dorada, se ha reformado y, contemporáneamente, se dedica a ejecutar obras desde cero, de su propia autoría. Además, responde a peticiones de retratos familiares y de animales de compañía. En su tiempo libre, también tiene lugar la nostalgia y, de vez en cuando, hace algunas copias de obras conocidas, pero todas ellas con el sello característico del artista; un pequeño diablo que se posa en el hombro de la o el protagonista de la pintura.
A la fecha, Mark Landis es reconocido por su propio trabajo, por lo que ahora sus obras son exhibidas en Luxury Atelier. La comisionada de esta exposición es Sabrina Wirth, quien reveló que el artista es de interés dentro del mundo del arte, ya que ayuda a formular cuestionamientos tales como "explorar cuáles son las reglas en el arte: ¿Cuáles son los límites? ¿Hasta dónde puedes empujarlo? Hay tantos ejemplos de artistas de la apropiación que se han vuelto muy famosos y han podido vivir de su propio arte", reveló para "The Art NewsPaper".
Por su parte, Mark Landis ve en retrospectiva y asegura que nunca espero que su historia alcanzara el desenlace actual: "Ha sido como una película de Hollywood. Y si tuvieran un final feliz, porque caramba, podría convertirme en un verdadero artista, lo que nunca se me ocurrió".