El sacerdote invitó a los fieles a actuar mediante la bondad sin juzgar a sus semejantes.
Feligreses se dieron a la tarea el día de ayer de acudir a la misa dominical en el templo de la parroquia Santiago Apóstol. Para celebrar en conjunto con la iglesia católica el segundo domingo de pascua.
El templo parroquial estuvo lleno de cientos de creyentes que esperaban con devoción el mensaje de la celebración, impartido por el Sacerdote Juan Carlos. Es por eso que los católicos tuvieron la acción de estar presentes en punto de las 11 am.
Mensaje Evangélico. El Párroco, Juan Carlos Garay, emitió en su homilía que los tiempos actuales son momentos de misericordia, en los que la ciudadanía debe dejar atrás rencores y odios.
En su sustitución los fieles deben perdonar a quienes los rodean tal y como Jesucristo lo hizo al sacrificarse por el perdón de los pecados. Además de actuar con conciencia, impartiendo lo que Jesús les dejó como mensaje principal, el cual es ejercer la misericordia sin distinción alguna.
Significado. El Sacerdote, indicó que el objetivo del evangelio es dar a conocer la vida nueva que Jesús les dio a sus apóstoles luego de resucitar. Lo que deja como indicativo un acto de misericordia pues para llegar a ese punto, antes tuvo que haber sido crucificado.
Errores. Juan Carlos Garay, expresó que comúnmente los creyentes caen en la terrible equivocación, donde juzgan a aquellos que los rodean, invalidando su poder de ser misericordiosos y realizar buenas acciones, dejando de lado la ignorancia de amor por el prójimo.
"Caemos en el engaño de que comienzan a hablar mal de una persona y ahí vamos nosotros a decir más cosas y echarle leña al fuego”, agregó el Sacerdote. El cura manifestó que el omitir dichas acciones y no hablando mal o ejerciendo malas acciones a los demás, tiene el fin de generar personas misericordiosas que impartan bondad a la población para de esta manera mediante la fe, obtener recíprocamente las buenas acciones que se cometen ya que todos los actos que se realizan vuelven a impartirse en uno mismo durante el momento menos esperado.
Propósito. "Debemos ser misericordiosos con los demás porque aquellos que son así van a recibir misericordia en su vida, expresado como un signo de amor", contó Juan Carlos Garay. La meta es que, si se recibe misericordia de Dios, los feligreses deben de comportarse con igualdad y humildad ante sus semejantes. Además, recodó a los fieles que dichosos son aquellos que no ven al Señor y creen en él.