La expresión de las minorías y el pluralismo político están en riesgo de sufrir regresiones, dados los tiempos que corren, advirtieron el consejero electoral Ciro Murayama y la académica Jacqueline Peschard, al participar en el seminario "Los desafíos de la democracia, a 45 años de la reforma política de 1977".
Murayama señaló que a partir de esa reforma se legitima a la oposición y se reconocen los derechos de las minorías políticas.
"Con no pocas adversidades, la expresión y presencias formales de esas minorías fueron ampliándose y, finalmente, la vieja corriente mayoritaria acabó siendo una más de las minorías.
"Se trató de un camino arduo y complicado pero venturoso, aunque también debe advertirse, con insuficiencias en el presente y más aún en riesgo de sufrir regresiones dados los tiempos que corren", mencionó Murayama.
El consejero electoral explicó que actualmente, en el sistema político mexicano existe la posibilidad de sobre y subrepresentación, pero aclaró que esta anormal situación, que la minoría de votos se convierta en mayoría de escaños y que la mayoría de sufragios acabe siendo minoría parlamentaria, se puede corregir con dos medidas legislativas:
"Una: acabar con el 8 por ciento de sobrerrepresentación, que todavía permite la Carta Magna, y procurar mayor equilibrio entre porcentaje de votos y curules por cada partido que conserve el registro.
"Y dos, permitir las coaliciones, pero asignar el triunfo de la coalición legislativa al partido más votado por la ciudadanía en cada distrito y no al partido que ex-ante se haya puesto en el convenio de coalición".
En el Senado, añadió, en vez de contar con medidas que busquen premiar a las mayorías o a las primeras minorías, puede ser más pertinente recuperar la esencia de esta Cámara: idéntico peso de las entidades al tiempo que se permita la diversidad política local. "Para ello bastaría que se estableciera el mismo número de senadores en cada estado y que sean asignados por un criterio de proporcionalidad".
A su vez, la académica Jacqueline Peschard afirmó que a lo largo de la historia democrática de México se ha construido un sistema electoral plural, competitivo, equitativo y confiable, fruto de la negociación entre las distintas fuerzas políticas.
Tenemos autoridades comprometidas con el acatamiento de la ley con un comportamiento imparcial que ofrece garantías de competencia abierta y pacífica.
"La propuesta de reforma electoral del Presidente López Obrador quiere autoridades con vínculos con los poderes públicos y una representación política centrada en una fuerza mayoritaria que sacrifique la pluralidad, es una propuesta inminentemente regresiva", advirtió.
En su turno, Cuauhtémoc Cárdenas, excandidato presidencial y fundador del Partido de la Revolución Democrática, argumentó que el debate sobre la democracia en el Siglo XX y en el XXI se ha centrado en la democracia electoral, en el respeto al voto ciudadano, la equidad para los partidos políticos en su participación en los procesos electorales y en su representación ante la autoridad de electoral.
"La discusión democrática se ha reducido casi exclusivamente a las cuestiones electorales y no se ha extendido a la amplia gama de cuestiones que configuran una democracia que pudiéramos llamar integral, en la que entran, sin duda alguna, la seguridad social, salarios y distribución del egreso, educación,
derechos universales al trabajo, a la salud, al agua, etcétera; e, incluso, a una democracia en el terreno internacional sustentada en la equidad de las relaciones", dijo.
El exjefe de gobierno capitalino sostuvo que nuestra democracia ha evolucionado en sus distintos componentes de manera dispareja.
"En los últimos tiempos han sido mayor estos avances en lo electoral frente a un estancamiento o franco retroceso de lo social, lo económico, la discusión de la riqueza, por ejemplo, y lo político, la dependencia", enfatizó Cárdenas.