“Que nos falte todo menos salud”, de las frases más trilladas que le escuchábamos a los abuelos y padres, no lo entendíamos, decíamos; pero ¿cómo nos va a faltar dinero, un auto, comida?… esas eras nuestras prioridades, pero hoy de adultos, le pedimos a Dios que nos ponga cualquier prueba, pero no de enfermedad y es que la salud ni con todo el dinero del mundo se compra. Lo digo por el tema de donación de órganos, lo importante que es sumarnos a la lista de donadores para salvar vidas.
Esta semana, un hombre de 41 años donó 5 órganos a 5 personas, 5 personas recuperaron su calidad de vida, sus esperanzas de seguir pasando más tiempo a lado de los suyos y sin tantas vueltas al hospital.
Dos córneas, dos riñones, un hígado fue lo que donó; su familia cumplió el deseo que siempre pidió este hombre en vida, que por favor sus órganos los pusieran a disposición de la Unidad Médica de Alta Especialidad de la clínica 25 del IMSS en Monterrey. Él era originario de Saltillo y los órganos viajaron en un embalaje especial y con la temperatura idónea para que el objetivo se cumpliera y así fue. Una señora y un caballero, volvieron a ver, dos mujeres dejaron de tener hemodiálisis tres veces a la semana y una dama más, olvidó lo que es tener problemas con el hígado, el órgano más importante de todo nuestro cuerpo.
La cultura de la donación de órganos, debiera ir más allá de miedos, religiones y costumbres.
Cuando su servidora, tenía cinco años, se levantó de la cama para ir al sanitario y no dio un paso porque un dolor muy fuerte la quebrantó, tirada en el piso por espacio de una hora, hasta que fue llevada de emergencia al hospital y ahí después de estudios y cinco días internada, me dieron la noticia de una falla renal que después desapareció. Hoy, yo como usted y como muchísimos mexicanos le hacemos al “no pasa nada”, pero sí pasa, y espero en Dios nunca estar en la lista de espera de un órgano, por lo pronto número 1, hay que cuidarnos y número 2, yo me apunto a ser donadora de órganos el día que mi tiempo en la tierra se acabe, porque si de algo estamos seguros es que todos nos vamos a morir. Hoy en Coahuila, 2 mil 600 personas están en lista de espera de un órgano. La Secretaría de Salud dio a conocer que somos la sexta entidad de donadores voluntarios en el país, y aun así manejamos estas cantidades.
“Lo vi con estos ojos que se van a tragar los gusanos”, otra dominguera que se escucha mucho entre la población de 65 y más, y para que uno quiere que se lo traguen los gusanos. ¿Sabía que todos podemos donar un riñón? Y vivir sin ningún contratiempo ni toma de medicamentos de por vida, lo digo porque la falla renal es una de las enfermedades con más pacientes en México, muchos a causa de la diabetes. Y es que también hay muchos tabúes como que si eres donador se genera un tráfico ilegal que es erróneo porque desde el momento de que se decide donar, se hace todo un mecanismo legal, tampoco se hace una mutilación en el cuerpo del donador, ya sea vivo o muerto, se lleva a quirófano, se utilizan medidas profesionales, una vez que se extrae el órgano se sutura o sus tendones, huesos o piezas articuladas se remplazan con prótesis. Un solo donador beneficia a 100 personas, les salva la vida o les mejora su calidad de vida. La mayoría de los donadores tienen 30 años o menos, las campañas por eso se están enfocando en niños y jóvenes. Otra de las cuestiones amable lector, es que no solo basta con inscribirse y tener tu tarjeta de donador, se tiene que externar el deseo a sus familiares, porque no hay una ley que ampare estas tarjetas, si su familiar dice que no, no se le extrae ningún órgano. Lo invito a reflexionar sobre este tema, donar es multiplicar el valor de tú vida.