El clásico tablero con sus números rojos y verdes fue un crudo reflejo de las dificultades que presentó hoy la cancha.
Con temperaturas inusualmente bajas para esta época en Augusta, El Masters se puso gorros y guantes de lana. El frio en las manos de los jugadores pareció un reflejó de los “scores” y se vieron números grandes. El viento, que por momentos llegó a soplar con ráfagas de hasta 50km/h, tampoco ayudó mucho.
Solo nueve jugadores bajaron el par en esta tercera vuelta y son nada más que siete los que se mantienen bajo el par de la cancha en total. El clásico tablero con sus números rojos y verdes fue un crudo reflejo de las dificultades que presentó hoy la cancha. Muy pocas veces estos greens movidos, tan típicos del diseño de Alister MacKenzie, estuvieron tan rápidos cómo hoy. Quizá el peor de todos fue el del hoyo 15, donde los jugadores quedaron mayoritariamente del lado de arriba y sus putts barranca abajo, apenas acariciados, pasaban al lado del hoyo a velocidad constante para detenerse a no menos de dos metros por debajo del hoyo.