"Ser enfermera es una profesión llena de amor".
Desde pequeña Andrea se caracterizaba como una niña servicial y empática quien disfrutaba de ayudar a aquellos que la rodeaban. Mientras cursaba la primaria desarrollaba gran interés por enfermeros quienes acudían a su escuela por campañas de vacunación, al observarlos tenía el sueño de algún día ser como ellos, y así fue, hoy en día se desempeña como licenciada en enfermería.
Tenías el sueño de ser una enfermera, ¿Por qué?
"Pues desde niña tuve la intriga de estudiar esta profesión por el servicio que le otorgas a las demás personas, además la vocación que implica. También me llamaba la atención conocer las funciones del cuerpo humano".
Luego de laborar como enfermera, ¿Para ti en qué consiste tu papel de trabajo?
"Ser enfermera es una profesión llena de amor, sobre todo responsabilidad y debes de tener mucha empatía con la gente, en esto no hay divisiones o preferencias, a todas las personas las tratas por igual y les das lo mejor de ti, en ellos pones en práctica la comunicación y el apoyo psicológico brindándoles palabras de aliento, en conclusión eres vida para la persona que está pasando un mal momento, los ojos de una persona ciega, pierna para quien acaba de ser amputado, confianza para esa mamá primeriza o la voz de esa paciente que no se puede comunicar".
Tienes una especialidad en obstetricia, ¿En qué consiste?
"Es el cuidado antes, durante y después del embarazo tanto de la madre como del gestante, pero hay otra especialidad que he conocido en campo y me agrada, es enfermera quirúrgica y en un futuro me gustaría estudiarla".
Mencionas que quieres otra especialidad, ¿Cuál es el motivo?
"En mi primer empleo tuve la oportunidad de estar como enfermera circulante y comenzó a llamar mi atención la especialidad porque está enfocada en el apoyo al médico, pero como no tratas demasiado con las personas es por eso que también disfruto el estar en el hospital".
Luego de ejercer tu profesión y ya contar con experiencia, ¿Cómo te sientes?
"Va pasando el tiempo, pero me sigo enamorando más de mi carrera, es algo muy bonito donde no existe un horario porque si es necesario debes de quedarte al pendiente de tu paciente, pero son actos de amor. Una de las mayores satisfacciones es al final de cada guardia donde observas la evolución y mejoría de un enfermo, también ver el nacimiento de un bebé que es esperado con amor, el agradecimiento de las personas y eso que haces sin nada a cambio es una de mis cosas preferidas".
Es un oficio demandante que implica la vida de personas, ¿Cuáles son los retos a los que te enfrentes?
"Cuando no tienes los insumos necesarios en el hospital y tienes que darte habilidad para resolver los problemas o cualquier cosa que se presente tienes que tener una solución rápida, pero de buena calidad si en ese momento ocurre una emergencia y te requieren. A veces dicen que las enfermeras no tienen sentimientos, pero es hacer el corazón duro para brindar estabilidad a los pacientes y familiares, no preocuparlos más de lo que ya están, uno debe mantenerse calmado, en lo personal soy muy sentimental, pero trato de poner un límite emocional con mis pacientes para ser la persona táctil y con fuerza que ellos necesitan, dándoles paz y tranquilidad".
En base a tu trayectoria y experiencia, ¿Qué consejo le darías a un aspirante?
“Que sean enfermeros que van en contra de la corriente siendo de buena calidad que nunca se cansen de ser un enfermero de vocación y si están a punto de terminar su carrera no deben tener temor porque todos empezamos sin saber, esto lo aprenderán con el paso del tiempo y sobre todo hay que poner mucho amor y dedicación".