Los fiscales han acusado a Becciu de malversar fondos de la Santa Sede y lo enviaron a juicio junto con otras nueve personas acusadas.
Un cardenal que llegó a tener mucho poder testificó el jueves que él donó 125,000 euros (140,000 dólares) del dinero del Vaticano a una diócesis de Cerdeña por razones completamente caritativas y rechazó las acusaciones de que el dinero benefició a su hermano, quien administra la organización benéfica.
El cardenal Angelo Becciu, el primer cardenal en la historia en testificar ante un tribunal penal del Vaticano, dijo que él no podía negar que su hermano Antonino Becciu era el representante legal de la organización benéfica Spes, que es la división operativa de la organización Caritas de la Diócesis de Ozieri.
Sin embargo, Becciu insistió en que Spes cuenta con un largo historial de buenas obras en la diócesis y que las donaciones de la Santa Sede, que él tenía autorización para distribuir, respondieron a necesidades verificables solicitadas por el obispo de Ozieri: la reconstrucción de una panadería consumida en un incendio que daba empleo a jóvenes desamparados, y otra para construir un centro social multiusos para la población de bajos recursos.
Los fiscales han acusado a Becciu de malversar fondos de la Santa Sede y lo enviaron a juicio junto con otras nueve personas acusadas de defraudar al Vaticano con decenas de millones de euros, mucho del dinero proveniente de donaciones de los fieles.
El enfoque principal del juicio es respecto a la inversión del Vaticano de 350 millones de euros en un negocio de bienes raíces de Londres, pero el juicio también abarca pesquisas no relacionadas, entre ellas las donaciones de Becciu en Cerdeña. Los 10 acusados han rechazado los cargos.
Becciu, que llegó a ser la segunda figura con más poder en la Secretaría de Estado de la Santa Sede, había sido programado como el primer acusado en ser interrogado en el estrado el jueves.