"Estos detenidos fueron golpeados, torturados y humillados", subrayó Tijánovskaya.
Ginebra,- La líder de la oposición bielorrusa en el exilio, Svetlana Tijánovskaya, destacó hoy en una rueda de prensa en Ginebra que en su país solo el presidente, Alexandr Lukashenko, y su entorno apoya a Rusia en su invasión a Ucrania, mientras que la población y el propio ejército se oponen a ella.
"Nuestros soldados no quieren participar y hay una gran desmoralización entre los oficiales del ejército", subrayó Tijánovskaya, quien afirmó que "el pueblo bielorruso no quiere tomar parte en una guerra contra los hermanos ucranianos".
La opositora recordó que en los primeros días de la invasión unas 100.000 personas salieron a las calles de Bielorrusia para protestar por el ataque militar ruso, lo que se tradujo en más de 800 detenciones.
"Estos detenidos fueron golpeados, torturados y humillados", subrayó Tijánovskaya, quien indicó que ahora es "casi imposible" continuar los movimientos de protesta en su país debido a la presencia de tropas rusas, por lo que hay que buscar "formas alternativas" de luchar por la democratización de su país.
Tijanóvskaya ha viajado esta semana a Ginebra, donde hoy se celebró un debate sobre la situación de su país en el Consejo de Derechos Humanos, y también habló en la rueda de prensa sobre la reciente decisión en su país de adoptar mediante referéndum una nueva constitución que abandona la neutralidad nuclear después de 30 años.
Esa decisión "sirve claramente a los intereses de Rusia, al eliminar las barreras al despliegue de armas nucleares en territorio bielorruso", analizó la líder de la oposición, quien predijo que Lukashenko lo usará como herramienta para negociar con Occidente un alivio de las sanciones que pesan sobre el país.
El pueblo bielorruso "aún sufre las heridas causadas por la catástrofe de Chernóbil" y por ello "quiere mantener su estatus no nuclear", afirmó Tijanóvskaya.
En la misma rueda de prensa, la directora ejecutiva de la Campaña Internacional por la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), Beatrice Fihn, alertó de que, dadas las fuertes relaciones militares entre Rusia y Bielorrusia, la primera podría traladar a la segunda armas nucleares en cuestión de pocos días.
Se trataría de armas de tipo táctico, no a gran escala, aunque "incluso las más pequeñas para los estándares actuales superan en potencial a la que en Hiroshima causó la muerte de 140.000 personas", advirtió la responsable de la organización que en 2017 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz.
Tras la guerra en Ucrania "el mundo tiene que abandonar la falsa retórica de que las armas nucleares dan estabilidad, porque en realidad se ha visto que son usadas para que una invasión se prolongue", afirmó la directora ejecutiva.
"Para garantizar que un país sin armas nucleares no sea invadido ahora sólo hay dos alternativas: o armar a todas las naciones con este tipo de armas, una muy mala idea, o comenzar a pensar seriamente en el desarme atómico", aseguró.
La responsable de ICAN señaló que el riesgo de conflicto nuclear ha aumentado tras la guerra en Ucrania, aunque es difícil saber si el presidente ruso, Vladímir Putin, cumpliría en un caso límite sus amenazas de usar el arsenal atómico del país durante el actual conflicto.
En todo caso, "la espiral bélica podría crecer muy rápidamente y no hay que olvidar que en momentos de tensión como los actuales el riesgo de accidentes, cálculos erróneos o simples errores es mayor", alertó.
Las consecuencias de un uso de armas nucleares en ésta u otras guerras "impactarían a las zonas vecinas a donde fueran usadas y también al resto del mundo", con un grave impacto en el clima o en la producción de alimentos, recordó la responsable de la campaña antinuclear.