La eficiencia del Chelsea acalló el amago de remontada del Lille en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones (1-2) en la que los ingleses consiguieron avanzar en una competición en la que su continuidad está pendiente de las decisiones ligadas a su propietario, Roman Avramovich.
Sin que se tenga seguridad sobre si el campeón de Europa pueda continuar defendiendo el título logrado el año pasado, ante las sanciones impuestas a su dueño oligarca, próximo al presidente.