Los Rayados de Monterrey ya ven un cambio gigantesco desde la llegada de Víctor Manuel Vucetich. El conjunto de la Sultana del Norte se paseó en casa y goleó a los Bravos de Juárez 3-0 como local, mandando un claro mensaje rumbo al Clásico Regio de este fin de semana y poniéndose a 5 puntos de Tigres.
Los Rayados del Monterrey están más vivos que nunca. La llegada de Víctor Manuel Vucetich ha comenzado a dar frutos y en el cotejo pendiente de la jornada cinco, los regios hicieron valer el Gigante de Acero tras vencer 3-0 a FC Juárez. Rodolfo Pizarro, Joel Campbell y el ‘Plátano’ Alvarado, aparecieron en el rectángulo verde al anotar
los tantos del triunfo.
Asombrosa. La Pandilla tuvo una noche de ensueño, mientras que Ricardo Ferretti padeció al llegar a su sexta derrota del torneo al frente de Bravos, además de que el VAR hizo de las suyas y le jugó en contra luego de la expulsión de Fernando Arce.
El inicio no ofreció mucho. Ambos cuadros titubearon para ir al frente y el cotejo se tornó en un ir y venir, donde las jugadas de peligro no caían. Poco a poco, el tiempo avanzó y Monterrey se animó a ir al frente. Janssen puso a prueba a González y como era de esperarse, el ‘Toro’ no dio con su puntería.
La noche se le vino abajo al conjunto fronterizo antes de que concluyera la primera parte. Una polémica entrada de Arce a Moreno y el VAR hizo de las suyas. El silbante no perdonó y luego de revisar la jugada expulsó al número seis de Bravos.
Increible. En el banquillo, el ‘Tuca’ no podía creer lo que había pasado, renegó y tuvo que realizar su primer ajuste. Con la salida de Arce, Castillo fue el sacrificado y Nevarez la apuesta para cubrir la media y el ataque. Para el complemento, La Pandilla no perdonó. Medina desbordó por derecha, mandó un servicio al área y el ‘Toro’ apareció para rematar de cabeza, ahí González hizo lo propio y con las manos sacó la pelota, aunque Pizarro llegó y atravesó la red al empujar el esférico.
El tanto inyectó de animo a los locales y la presión que ejercían sobre el área de Bravos, no daba mucho respiro a Juárez.