Las dos semanas que lleva el conflicto bélico dispararon el precio del petróleo a precios que no se veían desde el 2008, metales como el acero ya subieron y no hay fecha de freno al incremento.
La invasión de Rusia a Ucrania ha puesto en jaque a los mercados. Algo que al comenzar 2022 se veía como una posibilidad remota cumplió dos semanas de haber iniciado. Todos los operadores que consideraron las advertencias como alarmismo no tuvieron manera de prepararse y ahora reaccionan en plazos cortos.
En este periodo de conflicto la volatilidad se ha incrementado de forma importante en las bolsas de valores. En el mercado de divisas se ha visto un fortalecimiento del dólar como refugio, el petróleo alcanzó niveles no vistos desde 2008 y otras materias primas también suben. Las reacciones están en diversos frentes.
El jueves se divulgó el dato más reciente de la inflación de Estados Unidos, que marcó el máximo nivel interanual en 40 años. Ante la inminente subida a las tasas de interés de la Reserva Federal no es poco el nerviosismo de quienes tienen una encomienda mínima de superar la presión en los precios al consumidor.
Petróleo. Los precios del petróleo se incrementaron desde menos de 100 dólares a más de 130 cada barril porque los mercados se anticipaban para una eventual escasez, ya que Rusia es uno de los principales países exportadores. Aunque ha caído, analistas incluso han llegado a plantear un precio de más de 200 dólares.
Si bien, el anuncio del presidente estadounidense, Joe Biden, sobre la prohibición para la importación del petróleo ruso alentó las esperanzas de que Moscú desistiera de su ataque, los cancilleres ruso y ucraniano no consiguieron avances en sus negociaciones. El precio está actualmente en más de 110 dólares.
Para Daniel Cawrey, director de Estrategia de la compañía Fintech Passfolio, el punto al que pueden llegar los precios del petróleo es por ahora impredecible, porque esta guerra continúa y la demanda va en aumentó en la medida en que el mundo sale de la pandemia, algo que reactivará los viajes y la movilidad.“Que los precios de los energéticos suban haría que todo sea más caro, mientras que los salarios seguirán siendo los mismos, lo que significa que las personas tendrían que gastar más de sus ingresos de lo que quieren”, dijo Cawrey. Esto también le pasa las empresas y se podría reflejar en sus acciones.
Inversionistas. En caso de que la presión sobre los precios continúe, algo que Biden admitió que podía ocurrir al vetar el crudo ruso, las decisiones de la Fed serán de gran relevancia para los inversionistas, pues si bien subir las tasas suele hacer que las bolsas caigan, el contexto inflacionario actual es muy particular.
En 2008 el precio del petróleo rebasó por primera vez la línea de 100 dólares el barril porque un rápido crecimiento elevó la demanda muy por encima de la capacidad para responder de la oferta. El precio llegó a casi 150 dólares y con este y más motivos los mercados colapsaron en una gran crisis.
Que el crudo tocara recientemente un nivel no visto desde 2008 también trajo consigo similitudes en las bolsas de valores. Algunos de los comportamientos vistos esta vez podrían ser calificados al menos como parecidos, con las acciones de energía y las de mineras al alza, y las de viajes a la baja.
Sin embargo, la idea de imitar lo que sucedió en el pasado puede ser problemático si consideramos que en muchas ocasiones el miedo de unos y la codicia de otros aleja los precios del su contexto real, creando oportunidades en el primero de los casos y unas burbujas muy riesgosas en el segundo.
Esto dice Leonardo Pellandini, investigador de Estrategia de Renta Variable del banco privado suizo Julius Baer. “Vemos potencial a la baja en los principales precios de los metales desde los niveles actuales, lo que mantiene acotado el rendimiento potencial del sector. Lo mismo en las empresas de petróleo y gas. Recientemente, las ganancias se han desvinculado de los precios del petróleo”, advirtió Pellandini.