El llamado fue más fuerte y pese a que su hijo cumple un año en apenas unas semanas, Wali armó el bolso y se fue. Su nombre no puede ser revelado; su esposa le puso esa única condición. Con un grupo de soldados voluntarios, el temible francotirador ex Royal Régiment de Canadá llegó a Ucrania para pelear junto al ejército contra Rusia. Su último contacto lo hizo en diálogo con La Presse al arribar en Polonia y hoy se estima que ese temible cuadro militar, que ostenta el récord de la mayor muerte a distancia, ya esté calibrando su arma y preparándose para posicionarse en el frente de batalla. Wali es un apodo que se ganó con el tiempo. Un poco de misticismo para una leyenda.