Pence rompió con los preceptos clásicos del conflicto palestino-israelí en distintos sentidos.
Jerusalén,- El exvicepresidente de Estados Unidos, el republicano Mike Pence, visitó esta semana Israel y ayer pasó por la ciudad palestina de Hebrón, en Cisjordania ocupada, donde estuvo acompañado por miembros de la comunidad de colonos judíos y líderes de uno de los grupos de ultraderecha israelí de línea más extrema.
Pence estuvo varios días en Israel, donde se reunió también con las principales autoridades israelíes pese a no tener actualmente ningún cargo gubernamental. El martes lo hizo con el primer ministro, Naftali Benet, y ayer con el titular de Exteriores, Yair Lapid, que lo recibió como "un verdadero amigo de Israel".
El exvicepresidente de EU es un cristiano evangélico al que se vincula como uno de los principales promotores de la alineación del anterior Gobierno republicano con los postulados de la derecha israelí favorables a la colonización de los territorios palestinos.
También se asocia su concepción sobre Israel a los parámetros del sionismo cristiano, corriente ideológica que, a grandes rasgos, aboga por el control total de los judíos sobre Tierra Santa.
De hecho, según el diario Haaretz, su visita estos días sobre el terreno se habría realizado en parte para contribuir a apuntalar el voto evangelista para los republicanos en los comicios de 2024.
Pence y su esposa estuvieron acompañados en Hebrón por colonos israelíes, así como por el polémico diputado ultraderechista Itamar Ben Gvir, del Partido Sionista Religioso, anti-árabe y homófobo.
Otro de los presentes fue Baruch Marzel, activista de extrema derecha al que se prohibió presentarse a las anteriores elecciones israelíes por acusaciones de incitación a la violencia.
La anterior Administración republicana estadounidense de Donald Trump de la que tomó parte Pence rompió con los preceptos clásicos del conflicto palestino-israelí en distintos sentidos.
Entre otras cuestiones, propuso un proceso de paz que daba el visto bueno a la anexión israelí de parte de Cisjordania, dejó de considerar que las colonias judías contravenían la legalidad internacional y pasó a considerar Jerusalén como capital israelí, pese a que los palestinos reclaman la parte oriental ocupada de la urbe como parte de su futuro Estado.